En el marco de la Semana Santa, el papa Francisco se acercó a una cárcel de menores en Roma para lavarle los pies. Este acto lo cumplió este Jueves Santo, tras conocerse las intervenciones médicas que tuvo.
Este gesto de humildad, según las Santas Escrituras, Jesús lo enseñó a sus apóstoles antes de ser arrestado, condenado a muerte y crucificado.
“Voy a cumplir con este ritual. No es folclor. Espero salir de esta porque no puedo caminar muy bien”, dijo el papa, quien estuvo mal de salud hace poco.
Los jóvenes besaron la mano del pontífice de 86 años, luego del acto de humildad, el papa también se agachó para besar los pies de los muchachos.