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Mirtha Vásquez: Régimen de Dina Boluarte no llegará al 2026 en base a la fuerza militar

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Por Javier Soto

En entrevista con Diario UNO, la exprimera ministra, Mirtha Vásquez, manifestó que resulta insostenible que el régimen de Dina Boluarte pueda gobernar hasta el 2026 en base al único recurso de la fuerza militar. Vásquez estimó también que el rector de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), Alfonso López Chau, podría ser una alternativa esperanzadora de la izquierda, para el próximo proceso electoral.

–La protesta social se ha reducido en la región Puno. ¿Significa esto la victoria del statu quo del régimen de la señora Dina Boluarte y sus aliados congresales de derecha?

No, por el contrario. Si bien es cierto puede haberse disminuido, estas formas de protesta que se expresan en movilizaciones, sobre todo en la capital, creo que quedaría claro que hay un rechazo generalizado al gobierno de la señora Boluarte. Hay que entender los movimientos sociales como procesos que pueden tener sus repliegues, porque obviamente no solamente está el tema de la criminalización, y de la represión tan fuerte, sino que es claro movilizarse desde las regiones hasta Lima, tiene un costo y un desgaste.

–Pero hay una clara disminución de la protesta social…

Claro está que la población considera más estratégico hacer resistencia en sus propios territorios. Pero se empieza a reactivar la protesta y supongo que en los próximos días vamos a ver nuevamente una segunda ola de movilizaciones, porque la población lo que tiene claro ahora es que el gobierno de Baluarte es insostenible e inviable, que no representa lo que la población está pidiendo mínimamente.

–Entonces, ¿no nos quedamos con esta alianza conservadora conjunta (Ejecutivo y mayoría congresal) hasta el 2026? ¿Podríamos hablar del fin de las elecciones anticipadas?

Me parece que el gobierno de Boluarte, en este momento, empieza a sentir la presión, no tanto ciudadana, que parece que no es lo que los mueve, pero sí la presión de sus aliados, todavía con los que contaban. Por ejemplo, hay gobiernos como el de Estados Unidos que se acaba de pronunciar diciendo de que lo recomendable es que vayan a elecciones adelantadas. Eso es muy importante porque creo que finalmente ellos pueden ignorar y creer que a la población se la calla con represión, pero si sus aliados empiezan a dejarla sola, esto va a ser insostenible. Por eso es que me parece que todavía el debate no está cerrado.

–¿Cuán efectiva podrá ser la política del garrote militar para la sobrevivencia de este gobierno, con más del 70 por ciento de desaprobación ciudadana?

Yo creo que eso también tiene un límite, no? Ellos apostaron el gobierno, puesto que la población iba de alguna manera a tener temor frente a esta política agresiva que asumió desde un primer momento y asumían que con la represión pues iban a callar a la población. Pero eso no estaba sucediendo. Y esto va a traer un quiebre, el interno, porque las Fuerzas Armadas asumían el compromiso del gobierno, de defenderlos y asegurarles impunidad. Pero se dan cuenta a estas alturas que no van a poder asegurarse esa impunidad. Las Fuerzas Armadas y policiales se darán cuenta que no los pueden obligar y seguir exponiendo sus vidas. Y ello va a generar un quiebre ahí, porque es insostenible que hasta el 2026 gobiernen solamente haciendo uso de la represión y la fuerza.

–El país está paralizando económicamente y las inversiones no se desarrollarán mientras no haya una definición política, a la que tercamente se empeñan en sabotear Boluarte y el Congreso. ¿Cómo salimos de este aparente callejón sin salida?

Básicamente, creo que hay que vivir. Hay que evidenciar que este gobierno es inviable. Lo que está sucediendo es que no están gobernando, están simplemente tratando de mantener el poder, usando a las Fuerzas Armadas. Y que se ha vuelto inviable, porque no hay nada que pueda funcionar en este escenario. En ese escenario no puede visibilizarse ni siquiera una propuesta de objetivos mínimos para el país, en cuanto a economía, en cuanto a objetivos sociales.

–¿Cómo toma la “justificación” del primer ministro Luis Alberto Otárola a los asesinatos de civiles inocentes, por la represión militar-policial de su gobierno, señalando falsamente que la protesta social “ha pretendido tomar el poder por las armas y por la fuerza”?

Sólo son estrategias para tratar de defender algo que él sabe que es absolutamente falso, y que sí se puede probar fácilmente que la población en ningún momento estuvo armada, y que en ningún momento quiso tomar el poder: lo que estaba ejerciendo es una protesta social pacífica. Hay demasiadas evidencias de que quien se ha excedido en el uso de la fuerza y violado derechos fundamentales, es este gobierno.

–Otárola aduce también que el verdadero responsable de las muertes de más de medio centenar de peruanos y las movilizaciones sociales es el expresidente, Pedro Castillo, omitiendo su responsabilidad y la de su gobierno. ¿A tanto puede llegar el insulto a la inteligencia de todos los peruanos?

Este señor lo que quiere es buscar algún tipo de justificación respecto a hechos que claramente son responsabilidad de él y de una parte de este gobierno. Y está tratando de buscar algún responsable y no se le ocurre mejor cosa que señalar a Pedro Castillo, de quien todos sabemos que tiene una responsabilidad respecto a lo que ha hecho, en el intento de golpe de Estado. Es un argumento totalmente absurdo que, a estas alturas, nadie en el país se lo cree.

–En todo caso, ¿considera que tanto Otárola, como la presidenta Boluarte y los ejecutores materiales de este medio centenar de asesinatos tendrán que responder indefectiblemente, por sus actos, a la justicia, sea nacional como internacional?

Sin duda. Mire, esto que ha pasado en el Perú no tiene precedentes. Si bien es cierto, han habido también otros casos en América Latina, pero a este nivel, en tan poco tiempo, la cantidad de personas ejecutadas extrajudicialmente en estos casos es un hecho gravísimo que, creo, es clave no solamente para una denuncia a nivel nacional, sino a nivel internacional, en la Corte Penal Internacional. A mí me parece que indefectiblemente van a tener que responder sobre estos hechos, y eso va a suceder tarde o temprano. Lo que tenemos a la vista es que ha habido una actuación con ciertos patrones, y es parte de una política. Y éso es responsabilidad del Gobierno.

–¿Por qué esta coyuntura toma a la izquierda peruana dividida y descolocada, ante la protesta social, que tiene su propia dinámica, independiente de ésta a la que cuestiona sus graves errores cometidos en el ejercicio del gobierno de Pedro Castillo?

A ver. La izquierda en los últimos años no ha tenido la capacidad en realidad de reorganizarse, de lograr alguna unidad mínima, y eso es una pena. Creo que es parte de un proceso progresivo de deterioro de la izquierda. Y ahí hay que ser muy autocríticos. Creo que no tuvimos la capacidad como izquierda de definir nuestra posición, frente al gobierno de Pedro Castillo. Bueno, todo eso creo que es parte de un proceso. Yo creo que la protesta social ahora mismo sobrepasa a la izquierda y a cualquier partido de cualquier posición.

–A propósito de ello, ¿cuán grave es el daño y el pasivo que tendrá que asumir la izquierda por el desastre que ha significado los dieciséis meses de administración de Castillo?

Yo creo que va a asumir y, por supuesto, le va a pasar factura. Cuando Pedro Castillo no quería modificar su manera de gobernar, haciéndolo con la propia izquierda, debieron tomar posición frente a eso. No lo hicieron y creo que eso sí le va a generar una factura importante.

-En todo caso, ¿ve usted alguna posibilidad de éxito a los sectores progresistas del país, de cara a unas eventuales elecciones adelantadas?

Todos los partidos se van a ver seriamente golpeados y cuestionados por la población. Porque no solamente es la izquierda; es esta derecha, que ha sido capturada por una facción extremista y fascista. Y en este escenario, la gente está buscando mínimos democráticos, en unas nuevas elecciones, más allá de las derechas y de las izquierdas. Y, ahí, hay gente de sectores progresistas de ambos lados, de derecha y de izquierda.

–El rector de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), Alfonso López Chau, encabeza las encuestas como uno de los mejores candidatos presidenciales. ¿Él podría ser la alternativa de la izquierda moderada?

Sí, a mí me parece que gente como (Alfonso) López Chau es una esperanza, en este momento, porque la gente justamente lo que está buscando es eso, alguien que mínimamente represente un sector democrático sensato. Y eso es lo que me parece que López en este momento está expresando. Por eso es que tiene un nivel de aceptación importante. Y ello es saludable, porque da cuenta que la población está dejando de lado estos extremos, para aprender la lección del por qué no escoger gente que finalmente se vuelve fundamentalista e irracional, con sus planteamientos.