Al menos 59 personas han muerto y 170 han resultado heridas en un atentado suicida contra una mezquita en la ciudad de Peshawar, en el noroeste de Pakistán, zona fronteriza con Afganistán, según la policía.
La ciudad está en alerta máxima mientras que las fuerzas de seguridad se han distribuido en varios puntos de acceso. Además, el hospital se ha visto obligado a hacer un llamado a donar sangre para tratar a las decenas de víctimas.
La mezquita está situada en una zona denominada como Police Lines, un centro residencial y de entrenamiento para policías, por lo que hay numerosos agentes como víctimas. «Hemos encontrado restos de explosivos», ha declarado el jefe de policía de Peshawar, Ijaz Khan, a la prensa, añadiendo que se había producido un fallo de seguridad, ya que el terrorista se había colado por la zona más segura del recinto.
El ministro de Defensa paquistaní, Jawaja Asif, ha informado de que el terrorista suicida se encontraba en primera fila durante los rezos y el Primer Ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif, ha condenado el «brutal asesinato de musulmanes cuando rezaban ante Alá» y donde había 300 fieles.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha pronunciado «enérgicamente» el «despreciable» atentado suicida, según ha declarado su portavoz Stéphane Dujarric.«El secretario general condena enérgicamente el atentado suicida perpetrado hoy en una mezquita de Peshawar.
Es especialmente despreciable que un atentado así se produzca en un lugar de culto», ha declarado el portavoz a la prensa. Este atentado está difundido en redes sociales mostrando que muestra una parte del edificio se ha derrumbado por la explosión.
