La presidenta y fundadora de Corazones Vendados Grezia Tovar Vásquez – Solis advierte los riegos latentes qué atraviesan los niños con cáncer y explica el reto que asume junto a su equipo de trabajo.
El cáncer infantil es una realidad dolorosa que afecta a familias en todo el Perú. Cada año, cientos de niños son diagnosticados con diferentes tipos de cáncer, lo que representa un desafío significativo para la salud y el bienestar de estos pequeños y sus familias.
En el Perú, el cáncer infantil es una de las principales causas de muerte por enfermedad en niños mayores de un año. Según datos del Ministerio de Salud (MINSA), anualmente se diagnostican alrededor de 500 nuevos casos de cáncer en niños menores de 15 años.
Los tipos de cáncer más comunes en niños peruanos incluyen leucemia, tumores cerebrales y linfomas. La detección temprana y el tratamiento oportuno son fundamentales para mejorar las tasas de supervivencia y la calidad de vida de estos pacientes.
El tratamiento del cáncer infantil en el Perú enfrenta desafíos como la limitada disponibilidad de medicamentos especializados y la necesidad de derivar a pacientes a centros de tratamiento en Lima o en el extranjero debido a la falta de infraestructura en algunas regiones.
A pesar de estos desafíos, existen esfuerzos significativos para mejorar la atención y el tratamiento del cáncer infantil en el país. Hospitales como el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN) ofrecen tratamiento especializado y han logrado avances en la atención a niños con cáncer.
«La supervivencia de niños con cáncer en el Perú no ha mejorado en los últimos años. Los avances en los tratamientos y en la de la detección temprana de este mal sigue en aumento y sumado a ello la tasa de supervivencia aún es menor en comparación con países desarrollados», explicó Grezia Tovar Vásquez – Solis, presidenta de la ONG ‘Corazones Vendados’.
La especialista también indicó que las familias de niños con cáncer en el Perú enfrentan no solo los desafíos médicos sino también emocionales y económicos. El costo del tratamiento puede ser elevado, y el impacto en la dinámica familiar es significativo, agregó Tovar Vásquez – Solís.
«Existen organizaciones no gubernamentales y grupos de apoyo que trabajan para mejorar la calidad de vida de los niños con cáncer y sus familias en el Perú. Nosotros en ‘Corazones Vendados’ estamos diseñando un programa disruptivo que combina tecnología y solidaridad para asistir a niños con cáncer y sus familias. El acompañamiento emocional inmediato dado por una red de familias mentoras que orientan a las nuevas por canales digitales, el alivio logístico con canastillas y traslados financiados por una micro-tienda solidaria serán útiles en esta lucha. Lo innovador es que no solo damos ayuda, sino que lo hacemos de forma sostenible, accesible y con participación activa de jóvenes voluntarios. En nuestra experiencia visitando las zonas altas y vulnerables de nuestro país reafirmamos el poco acceso a tratamientos dignos que hay para el paciente y su soporte familiar. Queremos demostrar que con pequeños gestos coordinados podemos transformar la experiencia de quienes enfrentan el cáncer infantil en el Perú. Este es el mes de la concientización del cáncer infantil en el Perú y como ONG somos un soporte emocional que los motiva a continuar con sus vidas brindándoles información y apoyo», precisó Grezia Tovar.
La sensibilización sobre el cáncer infantil es crucial para promover la detección temprana y apoyar a las familias afectadas. Campañas de concientización y educación sobre los signos y síntomas del cáncer infantil pueden ayudar a mejorar los resultados de tratamiento.
El cáncer infantil en el Perú es un problema de salud importante que requiere atención integral y apoyo continuo para los niños afectados y sus familias. Los esfuerzos para mejorar la atención, aumentar la conciencia y apoyar a las familias son fundamentales para enfrentar este desafío.