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La décima: Una voz poética que define la identidad afroperuana

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Nicomedes Santa Cruz recorrió el Perú y América Latina recitando sus décimas.

El Perú, país de «todas las sangres», encuentra en la décima espinela una de las expresiones más vibrantes de su herencia africana.

Por: José Beltrán Peña

La décima, un estilo poético de origen español, se ha arraigado profundamente en el corazón de la cultura afroperuana. Este género, conocido en el país como décima espinela, debe su nombre a su creador, el español Vicente Martínez Espinel (1550-1624). Con su obra Diversas rimas de Vicente Espinel, publicada en 1591, este autor sentó las bases de una tradición que, con el tiempo, se convertiría en un pilar de la literatura peruana. Sin embargo, un controvertido artículo del intelectual mexicano Fredo Arias de la Canal, fechado en 2005, sugiere que Espinel pudo haber plagiado al dramaturgo Juan de Malara, una teoría que aún hoy se investiga. En Perú, la decimista Rosamarina García ha mantenido viva la práctica de las «malara».

El recorrido histórico de la décima en Perú

Ricardo González Vigil, reconocido crítico literario, resume el viaje de la décima a través de la historia del Perú. Su uso, inicialmente confinado a cronistas y poetas cultos del siglo XVI, dio un giro radical. A partir del levantamiento de Túpac Amaru en el siglo XVIII, la décima se transformó en la voz del pueblo, adoptada por las clases populares.

«Desde mediados del siglo XIX, predominan los cantores negros», señala González Vigil, marcando un momento clave en el que la décima se consolidó como una tradición afroperuana. No obstante, a mediados del siglo XX, esta tradición popular comenzó a debilitarse.

Los grandes maestros

El primer decimista del Perú fue Francisco de Paula del Castillo Andraca y Tamayo (1714-1770), conocido como «el Ciego de la Merced». Gran parte de su obra permanece inédita, resguardada en bibliotecas de Madrid y Santiago de Chile, como ha revelado el investigador Ricardo Silva Santisteban.

No obstante, la figura más influyente y venerada de la décima es, sin duda, Nicomedes Santa Cruz (1925-1992). Fue él quien publicó el primer libro de este género en el país, Décimas (1925), y se convirtió en su mayor difusor, utilizando la televisión, la radio y la prensa escrita. Incluso desde su residencia en España, Nicomedes continuó su labor artística y de promoción del arte negro peruano.

El contrapunteo: Un duelo de ingenio y palabra

Una de las manifestaciones más emocionantes de este arte es el contrapunteo o desafío, una competencia poética de improvisación. El reconocido duelo entre Renato Cisneros y José Luis Mejía, que culminó con el libro Contrapunto entre dos gallos (1999), es un claro ejemplo de esta práctica. Recientemente, los contrapunteos entre Celia Luz Flores y Gregorio Antonio Silva García han capturado la atención del público.

La voz femenina y nuevos talentos

Tradicionalmente, la décima fue un territorio masculino, pero esa realidad ha cambiado. Hoy, nuevas voces femeninas resuenan con fuerza. Victoria Santa Cruz, destacada compositora y folklorista, es un ejemplo notable, y junto a ella, figuran nombres como Blanca Nava López, Isabel Sotelo Baselli, Rosamarina García y Milagritos Reyes Arana de Lima, así como Catherine Estrella Palacios de Tacna, Lucy Calvo de Arequipa y Edelmira Lizarzaburu de Chiclayo.

Otros decimistas de renombre incluyen a Erasmo Muñoz Zambrano, Carlos Vásquez Aparicio y Porfirio Vásquez Aparicio. Más recientemente, el grupo «Los caballeros de la décima», formado por Pedro Rivarola, Diego Vicuña, Germán Súnico y Roberto Arriola, ha dejado su marca en esta tradición poética.