Wilawan Emsawat habría chantajeado a monjes con videos íntimos, que una vez revelados formaron un nuevo escándalo sexual.
Un escándalo sexual ha remecido las instituciones budistas en Tailandia. La policía detuvo a Wilawan Emsawat, acusada de seducir a monjes y extorsionarlos con videos sexuales. La mujer habría recibido cientos de miles de dólares a cambio de silencio. Al menos nueve monjes de alto rango han sido expulsados y se investigan transacciones por más de 9 millones de dólares.
Monjes chantajeados y millones en juego
El caso comenzó en junio cuando un monje de alto rango desapareció tras ser presuntamente extorsionado por Wilawan, de 35 años, apodada “la señorita Golf” por la prensa local. El escándalo estalló cuando las autoridades registraron su vivienda el 4 de julio y hallaron más de 80.000 fotos y videos íntimos de monjes.
Según la Policía Central de Investigación, Wilawan mantenía relaciones sexuales con varios religiosos y luego les exigía dinero para no hacer públicas las imágenes. Las transferencias, algunas de ellas directamente desde las cuentas bancarias de los templos, suman al menos 300 millones de bat (unos 9,2 millones de dólares).
Monjes expulsados y denuncias en aumento
Hasta ahora, al menos trece monjes están implicados. Nueve de ellos fueron despojados de sus hábitos. El número de denuncias sigue creciendo: solo esta semana, la policía recibió 26 nuevas quejas vinculadas a la misma trama. El escándalo ha provocado el escrutinio de las finanzas de los templos, que en Tailandia no están obligados a rendir cuentas sobre los donativos que reciben.
El primer ministro interino, Phumtham Wechayachai, instó al Consejo Supremo de Sangha, el tribunal budista, a actuar con celeridad. Propuso además reformar la ley para garantizar transparencia en la gestión de fondos religiosos. En paralelo, el rey Maha Vajiralongkorn suspendió la entrega de condecoraciones a 81 monjes mientras dure la investigación.
Golpe a la imagen del budismo tailandés
Tailandia es un país de mayoría budista donde los monjes están obligados al voto de castidad, y ni siquiera pueden tocar a una mujer. Casos como este, aunque no son nuevos, golpean la credibilidad del clero budista y han desatado llamados a una reforma profunda de su estructura financiera y disciplinaria.
Mientras tanto, se desconoce el paradero del monje que originó la denuncia. Se cree que huyó a Laos. La mujer, detenida en Nonthaburi, aún no ha emitido declaración formal ni cuenta con representación legal confirmada. La investigación continúa, y las autoridades temen que haya muchos más implicados en este escándalo.
