Con 69 votos, el Pleno del Congreso aprobó reconsiderar el proyecto que había fracasado por no alcanzar los 87 votos necesarios. Fujimoristas lideran el impulso a esta reforma que excluye a autoridades actuales.
El Congreso dio un giro inesperado al aprobar con 69 votos reconsiderar la reforma constitucional que permitiría la reelección de alcaldes y gobernadores regionales. La propuesta, que había obtenido 78 votos a favor (9 menos de los 87 requeridos), volverá a votarse este 12 de junio, último día del periodo legislativo. El proyecto plantea habilitar la reelección a partir de 2027, excluyendo a las autoridades actuales. Fuerza Popular y Somos Perú lideran el impulso, mientras el reloj corre: la legislatura termina el 15 de junio.
El revés parlamentario
En una tensa sesión nocturna, el Pleno aprobó reconsiderar el proyecto tras el pedido de Fuerza Popular y Somos Perú. La primera votación, celebrada días atrás, había quedado en punto muerto: 78 votos a favor, 26 en contra y 1 abstención. No alcanzó los 87 votos necesarios para evitar el referéndum.
El presidente de la Comisión de Constitución, Fernando Rospigliosi, defendió la maniobra: «No iremos a referéndum ni gastaremos millones de soles. Esto quedará en pausa». Su estrategia es clara: aprobar el texto ahora y ratificarlo en la siguiente legislatura, que inicia en agosto.
El argumento fujimorista
Martha Moyano, congresista de Fuerza Popular, fue una de las más vehementes: «Es importante que alcaldes o gobernadores buenos tengan esa posibilidad». La legisladora insistió en que sería «justo» para autoridades con gestión eficiente, aunque descartó llevarlo a consulta popular.
La reforma busca modificar el artículo 194° de la Constitución, permitiendo una reelección inmediata para autoridades locales y regionales. Sin embargo, el texto especifica que no aplicará para los actuales mandatarios, una salvedad que genera escepticismo entre sus críticos.
Carrera contra el tiempo
El Congreso tiene hasta este miércoles para votar el proyecto. De aprobarse, deberá ratificarse en la próxima legislatura con los mismos 87 votos. Si no lo logra, la propuesta caerá.
El escenario es complejo. Algunas bancadas consideran que el apuro responde a intereses políticos de cara a las elecciones de 2026. Otros, como Rospigliosi, insisten en que es una reforma necesaria para «evitar que buenos gobernantes sean removidos por caprichos políticos».
Lo cierto es que, con el plazo vencido y el Legislativo al borde del receso, la maniobra ha reavivado el debate sobre el uso táctico de las mayorías parlamentarias. La votación de hoy definirá si el Congreso insiste en una reforma que, hasta ahora, divide aguas.
