El ministerio descarta vínculos del Estado con Anthony Lastra y reafirma que solo reconoce capellanías de la Iglesia Católica según acuerdo con el Vaticano
El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos descartó ayer la creación de una capellanía evangélica en Palacio de Gobierno. La aclaración surge tras la difusión de una fotografía donde aparece la presidenta Dina Boluarte junto al pastor evangélico Anthony Lastra. El Minjusdh negó cualquier relación laboral o espiritual entre Lastra y organismos del Estado. El gobierno de Boluarte reafirma así primacía de la Iglesia Católica en el Estado peruano.
Estado laico pero con privilegios católicos
El comunicado oficial reafirma que Perú mantiene su condición de Estado laico respetuoso de la diversidad religiosa. Sin embargo, el documento reconoce un trato especial hacia la Iglesia Católica. El ministerio justifica esta posición por «su trascendencia en la formación histórica, cultural y moral del país».
Esta distinción se basa en el Acuerdo entre la Santa Sede y la República del Perú. Dicho tratado establece que solo las capellanías católicas pueden funcionar en entidades estatales. El Minjusdh confirmó que «en el marco de dicho Acuerdo existen capellanías de la religión católica en diferentes entidades del Estado».
Negación categórica sobre Lastra
El ministerio fue enfático respecto al pastor Anthony Lastra. «El MINJUSDH aclara que el señor Anthony Lastra no tiene ninguna relación laboral ni espiritual con organismos del Estado», señala el comunicado. La cartera descartó completamente «la creación de una capellanía evangélica en Palacio de Gobierno».
Esta aclaración busca despejar rumores que surgieron tras conocerse la imagen de Boluarte con el líder religioso evangélico. El gobierno quiere evitar especulaciones sobre posibles cambios en la política religiosa del Estado.
Perfil religioso de la presidenta
El documento cierra con una descripción del perfil religioso de Boluarte. El Minjusdh describe a la presidenta como «una mujer de profunda fe católica, respetuosa de la diversidad religiosa en el país». Además, asegura que la mandataria «cree en el diálogo interreligioso».
Esta caracterización pretende reconciliar la fe personal de Boluarte con su rol como jefa de un Estado oficialmente laico. El gobierno busca mantener el equilibrio entre el reconocimiento especial al catolicismo y el respeto hacia otras confesiones religiosas presentes en el país.