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Músico desaparecido fue hallado descuartizado

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 El músico José Luis Rodríguez fue hallado sin vida en SJL; su cuerpo cercenado apareció cerca de la casa de un amigo con el que se reunió.


El músico José Luis Rodríguez Romero, de 33 años, fue hallado muerto y descuartizado en San Juan de Lurigancho ocho días después de su desaparición. Su cuerpo fue encontrado detrás de una casa abandonada, a metros de la vivienda de Jean Francisco Soplapuco Chuque, amigo con quien se reunió la última vez. La Policía Nacional del Perú lo ha detenido como principal sospechoso. El caso incluye una presunta extorsión a la familia de la víctima, contradicciones en los testimonios del acusado y rastros hallados en la vivienda que fueron claves para localizar el cadáver.

Un crimen que conmociona: cuerpo cercenado en un cerro de SJL

José Luis Rodríguez Romero, saxofonista de la banda de la Municipalidad de Lurigancho-Chosica y voluntario en su iglesia, desapareció el 21 de mayo tras reunirse con Jean Francisco Soplapuco Chuque, un joven que conoció por redes sociales. Esa noche, según relató su hermana Luz Rodríguez, “él manda desde su celular una foto de un whisky y están en la casa de él”. Fue la última señal que dio. La familia denunció la desaparición tres días después.

El 26 de mayo, la Policía halló su cuerpo cercenado entre dos muros, en una zona de difícil acceso en el asentamiento humano José Carlos Mariátegui. El cadáver estaba en avanzado estado de descomposición, con signos de arrastre y escondido detrás de una vivienda abandonada. Esa casa colindaba con la vivienda de Soplapuco, quien inicialmente negó haber visto al músico.

Extorsión, contradicciones y rastros de sangre

Durante los días posteriores a la desaparición, la familia comenzó a recibir mensajes extorsivos desde el celular de José Luis. Les pedían 10 mil soles a cambio de su liberación. La Policía determinó que era una estafa: el músico ya estaba muerto. El jefe del Depincri Chosica, Eugenio Yáñez Quispe, confirmó que “la llamada fue falsa, se habría cometido el crimen el mismo día de la desaparición”.

Las contradicciones del sospechoso y las pruebas materiales fueron determinantes. “Primero me negó todo, luego yo lo enfrenté y le dije. Él aceptó. Me dijo que había mentido porque estaba nervioso”, contó su hermana. La imagen del whisky fue clave. Permitió a la Policía identificar el lugar en el que ambos se encontraban esa noche.

Una vez en el lugar, los agentes detectaron rastros de sangre, una zapatilla en el techo y un olor fétido. “Por las características y el olor fétido, y la presencia de insectos, nos da mayor certeza de que existía un cadáver ahí”, señaló uno de los efectivos. La Unidad de Rescate logró recuperar el cuerpo con apoyo del fiscal de turno.

Un crimen no resuelto

Soplapuco fue encontrado en el frontis de su casa cuando comenzaron las diligencias. La Policía lo detuvo por la cercanía con el lugar del hallazgo y por haber sido la última persona en ver con vida al músico. Según la PNP, ambos se vieron por primera vez el 26 de abril y volvieron a encontrarse el 21 de mayo, día en que José Luis desapareció.

La audiencia del 27 de mayo amplió el periodo de detención preliminar del acusado. Las autoridades investigan si actuó solo o con más personas. “Este crimen no habría sido un acto individual”, sostuvo el jefe del Depincri.

La familia de la víctima exige justicia. “Él trabajaba en la banda de la Municipalidad de Chosica y también era voluntario en su iglesia. No se metía con nadie”, declaró su hermana. Aún no se conoce el móvil del crimen ni se han determinado todas las responsabilidades. Mientras tanto, la violencia con la que fue asesinado evidencia la vulnerabilidad de las víctimas en contextos de abandono social y estatal.