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Maranguita se mudará a Cañete tras polémica fuga de internos

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Ministerio de Justicia oficializó terreno de 700 mil m² en San Antonio para nuevo centro juvenil. Medida responde a reclamos vecinales en San Miguel tras última fuga de internos.

El centro juvenil Maranguita dejará el distrito de San Miguel después de años de conflictos. El Ministerio de Justicia firmó este viernes 9 de mayo el acta para usar un terreno de 700 mil metros cuadrados en Cañete, donde construirá nuevas instalaciones. La decisión llega tras la reciente fuga de seis jóvenes que reactivó las quejas de vecinos y autoridades.

El principio del fin para Maranguita en San Miguel

La polémica escaló cuando seis internos, varios de ellos extranjeros, escaparon del centro. El alcalde Eduardo Bless había exigido el traslado semanas atrás: «Maranguita es un problema constante. Hay reyertas, fugas e hacinamiento. Ya es hora de que se reubique», declaró.

El nuevo terreno, ubicado en el distrito de San Antonio (Cañete), fue entregado provisionalmente al Minjus. Según el comunicado oficial, allí se realizarán primero estudios técnicos antes de empezar la construcción. Participaron en el acto representantes del Pronacej, Pronapres y la Superintendencia de Bienes Nacionales.

Un traslado anunciado

El ministro Eduardo Arana había prometido acciones tras la última fuga. El predio en Cañete permitirá alejar el centro juvenil de zonas densamente pobladas. «Esta entrega se enmarca en las acciones anunciadas para reubicar el centro», explicó el Minjus.

Mientras se construyen las nuevas instalaciones, Maranguita seguirá operando en San Miguel. Las autoridades no especificaron plazos para la obra, pero el inicio de estudios técnicos marca el primer paso concreto. El traslado busca terminar con un conflicto vecinal que lleva años.

Los problemas que no esperaron

La presión por mudar Maranguita crecía desde hace tiempo. Vecinos denunciaban inseguridad y problemas de convivencia. La última fuga fue la gota que rebalsó el vaso, acelerando la búsqueda de alternativas.

Cañete aparece ahora como solución, aunque quedan desafíos. El terreno es amplio, pero falta desarrollar infraestructura adecuada. El Minjus deberá garantizar que el nuevo centro cumpla con estándares de seguridad y rehabilitación. Por ahora, San Miguel celebra el principio del fin de una convivencia difícil.