La toma de la Facultad de Ciencias Matemáticas por parte de alumnos de la sede Chilca revela el descontento acumulado por infraestructura inadecuada y falta de servicios básicos. Autoridades universitarias guardan silencio ante el conflicto.
Un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) de la Facultad de Ciencias Matemáticas, en protesta por las precarias condiciones que enfrentan en la sede descentralizada de Chilca. La medida, que contó inicialmente con el respaldo de la Federación Universitaria de San Marcos (FUSM), ha dividido a la comunidad estudiantil y generado la suspensión de actividades académicas en dicha facultad y en el centro preuniversitario.
Los manifestantes, en su mayoría alumnos de las carreras de Matemática y Psicología asignados a la sede de Chilca, denuncian que estudian en instalaciones que no cumplen con los estándares mínimos para la formación profesional. «Nos prometieron laboratorios equipados y aulas adecuadas, pero la realidad es que tenemos goteras, mobiliario deteriorado y falta de materiales básicos», explicó una de las voceras del movimiento. La protesta busca presionar a las autoridades para que atiendan estas carencias, además de exigir la implementación de una residencia estudiantil y el respeto a sus procesos de matrícula.
Sin embargo, la toma no ha sido unánimemente apoyada. El Centro Federado de la Facultad de Ciencias Matemáticas y el tercio estudiantil emitieron un comunicado distanciándose de la medida, argumentando que el diálogo con las autoridades ya estaba en marcha y que acciones de fuerza podrían perjudicar las negociaciones. «Rechazamos cualquier daño a la infraestructura universitaria y confiamos en las vías institucionales», señaló el documento. Esta división entre estudiantes ha añadido complejidad al conflicto, que pone en evidencia los desafíos de la UNMSM para garantizar educación de calidad en sus sedes fuera del campus principal.
El caso de Chilca refleja un problema recurrente en los proyectos de descentralización de la educación superior: la brecha entre las promesas iniciales y la ejecución. Cuando se anunció esta sede, se habló de modernas instalaciones construidas mediante el mecanismo de Obras por Impuestos, pero hasta ahora los avances han sido limitados. Mientras las autoridades universitarias no se pronuncian, la tensión persiste y los estudiantes advierten que no levantarán la protesta hasta obtener compromisos concretos. El conflicto no solo afecta el calendario académico, sino que cuestiona la capacidad de la Decana de América para cumplir con su misión de brindar educación pública de excelencia en todas sus dependencias.