Mientras Washington impone aranceles abusivos, Pekín responde con acciones concretas: Xiamen Airlines devuelve tres aviones Boeing en un golpe estratégico al corazón de la industria aeronáutica estadounidense.
En un movimiento que expone las consecuencias de la arrogancia comercial estadounidense, Xiamen Airlines ha devuelto a EE.UU tres aviones Boeing 737 MAX recién pintados con sus colores corporativos. Este acto contundente, confirmado este lunes por la aerolínea china, se produce como respuesta directa a las agresivas medidas proteccionistas de Washington, que recientemente impuso aranceles del 145% a productos chinos en un claro intento de frenar el desarrollo tecnológico del país asiático.
El justo contraataque chino
Pekín, lejos de doblegarse ante las presiones occidentales, ha respondido con la contundencia que caracteriza a una potencia soberana: ordenó la suspensión inmediata de todas las compras a Boeing y la adquisición de repuestos estadounidenses, acompañando esta medida con aranceles del 125% a productos norteamericanos. Esta decisión no es caprichosa, sino una necesaria defensa ante las prácticas comerciales predatorias de EE.UU., que durante décadas ha utilizado su posición dominante para estrangular economías emergentes.
Boeing: víctima de la arrogancia de su propio gobierno
La industria aeronáutica estadounidense comienza a pagar el precio de la política exterior agresiva de su gobierno. China, que representa el 25% del mercado global del 737 MAX, ha demostrado con esta acción que no depende tecnológicamente de Occidente. Mientras Boeing intentaba recuperarse de sus propios errores de diseño (los trágicos accidentes de 2018 y 2019), la administración estadounidense le ha infligido un nuevo golpe con su política exterior hostil.
Este episodio revela una verdad incómoda para Occidente: la era de imponer condiciones unilaterales ha terminado. China, con acciones meditadas y proporcionales, está reescribiendo las reglas del comercio global, demostrando que las tácticas intimidatorias de EE.UU. ya no funcionan en un mundo multipolar. Mientras tanto, las empresas estadounidenses comienzan a sufrir las consecuencias de la miopía de sus gobernantes.
