LA GOBERNADORA REGIONAL DE LIMA fue condenada por apropiación indebida de S/ 1 millón. Suintento de frenar la justicia, mediante maniobras legales y médicas, no tuvo éxito.
La actual gobernadora regional de Lima, Rosa Vásquez Cuadrado, se encuentra en el centro
de una polémica legal y política que ha captado la atención nacional. En los últimos días, su salud y su intento por postergar el avance del sistema judicial han sido objeto de escrutinio, mientras que una sentencia en su contra marca un precedente en la lucha contra la corrupción.
ALTA MÉDICA
CUESTIONADA
El 19 de marzo, Rosa Vásquez fue dada de alta por un médico de apellido Iturrizaga, a pesar de que personal médico del nosocomio expresó su rechazo a esta decisión debido a preocupaciones sobre su estado de salud. Este acto generó críticas, ya que se cuestiona si su salida del hospital tuvo como objetivo ganar tiempo para ver si prosperaba un hábeas
corpus presentado por su hermano, quien intentaba frenar el juicio en su contra.
Aunque el certificado alegaba que Vásquez estaba en condiciones de asistir a su juicio oral, la decisión sigue generando debate, tanto por la credibilidad del diagnóstico médico como por las intenciones detrás de su hospitalización. A esto se suman críticas al papel pasivo de los consejeros regionales, considerados por los detractores como “adornos de pared”, debido a su falta de acción en defensa de la institucionalidad.
SENTENCIA DE 13 AÑOS
POR CORRUPCIÓN
Apenas días después del alta, Rosa Vásquez fue condenada a 13 años de prisión efectiva por el Juzgado Penal Colegiado Transitorio de la Corte Superior de Justicia de Lima Este. La sentencia responde a irregularidades durante su gestión como alcaldesa de Huarochirí en 2018, específicamente por la apropiación indebida de S/ 1 millón.
El Poder Judicial desestimó las maniobras dilatorias que Vásquez intentó emplear, incluyendo la invocación de problemas de salud para eludir la audiencia.
El hábeas corpus presentado por su hermano tampoco obtuvo éxito, dejando vía libre para el fallo judicial. La contundencia de las pruebas selló el destino de la ahora exgobernadora. La oficialización de la sentencia está prevista para los próximos días.
GOLPE
PERSONAL
Y POLÍTICO
Este desenlace no solo representa una derrota para Rosa Vásquez en el plano personal y político, sino también un duro revés para su partido. Sus alianzas políticas, entre ellas con César Acuña, se ven severamente afectadas por acusaciones de corrupción, las cuales comprometen su liderazgo regional. La sentencia también pone bajo mayor escrutinio la gestión del Gobierno Regional de Lima, que ahora enfrenta la crisis derivada de la destitución de su máxima autoridad.
Con este panorama, la condena simboliza un avance significativo en la lucha contra la corrupción en el país, pero también saca a la luz serios cuestionamientos sobre el uso de mecanismos legales y médicos con fines dilatorios. La polémica en torno a la gobernadora y su reciente alta médica subraya la delicada relación entre poder, justicia e integridad en un contexto plagado de incertidumbre política.