Rufino Arrieta y su esposa Francisca Lania, usuarios del programa social del Midis, lograron cumplir sus metas gracias al apoyo de la intervención Saberes Productivos.
Con el sueño y la ilusión de convertirse en el criador de los cuyes más grandes del departamento de Pasco, Rufino Arrieta Espíritu (70) viajó desde su natal Huancabamba (Piura) al distrito de Chontabamba, provincia de Oxapampa, para hacer realidad su mayor aspiración en la vida.
Rufino y su esposa Francisca Lania (68), ambos usuarios del programa Pensión 65, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, se instalaron hace 10 años en el caserío San José, donde vivía un primo, quien le regaló dos cuyes de raza Kuri. El pequeño animalito despertó la curiosidad de la pareja, que decidió iniciar un pequeño emprendimiento a nivel local.
“No sabía criar, pero tenía ese sueño desde que vivíamos en Piura. Veía a mis vecinos criar diferentes animales, como patos, gallinas, hasta caballos, pero muy pocos era los que tenían cuyes, y eso que eran muy pequeños. Mi esposa nació en Pasco y me contó que había cuyes grandes y con mucha dedicación podíamos empezar de cero”, relató don Rufino.
La duda y un cierto temor invadió la mente del señor Arrieta, pero después de reflexionar sobre su vida, sus sueños y el deseo de su esposa de volver a su natal Pasco, decidió tener un nuevo comienzo en Oxapampa.
“Curiosamente, mi primo me da los dos animalitos para preparar un plato típico, en señal de recibimiento. Fue ahí que pensamos a futuro y nos decidimos a sacrificar muchas cosas para iniciar nuestro emprendimiento”, comentó.
En ese momento, se incorporaron al programa Pensión 65 y se enteraron de la Intervención Saberes Productivos, que busca revalorar constantemente las habilidades de los adultos mayores. Fue así que recibieron el apoyo del programa social y la municipalidad distrital, participando de ferias culturales, donde vendían sus cuyes.
“Ahora tenemos más de 70 ejemplares, que, dándole mucho amor, una alimentación natural e incluso dejándolos libres por momentos por la casa llena de naturaleza, se han convertido en cuyes muy grandes”, comentó don Rufino, lleno de entusiasmo, demostrando que los sueños se pueden hacer realidad en base de sacrificios, incluso tomando algunos riesgos en la vida.