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Walter “Cachito” Ramírez: “descubrí mi vocación artística viendo actuar a payasos”

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Querido artista del programa de JB recuerda sus inicios en ‘Trampolín a la Fama’ y a través de diario UNO y LA ULTIMA DIGITAL DIGITAL, agradece apoyo de Carlos Álvarez y Jorge Benavides por estar en la televisión

Fotos y texto: Kevin Eneque

Walter César Ramírez, tiene 66 años y de ellos, lleva cerca de 50 años en el difícil arte de hacer reír. En entrevista con el diario UNO y La Última Digital, recuerda sus inicios, la participación en Trampolín a la Fama, el debut en las tablas con Miguelito Barraza y su eterno agradecimiento a la vida por trabajar al lado de Carlos Álvarez y Jorge Benavides.

-Walter, ¿cómo descubres tu vocación artística?
Yo nací en el Rímac, pero llegué muy niño a vivir a Carabayllo. Un vecino que le decía tío de cariño (Ernesto Rodríguez) me llevó a vender caramelos a un circo de la Plaza Grau. Tenía 12 años y como todo niño me quedé deslumbrado por unos payasos y hasta dejé de vender mis golosinas por ver su show. Ahí nació el “bichito” de la actuación.
-¿Y cuál fue tu primera presentación en público?
A la edad de 15 años debuté en un circo muy humilde que llegó cerca de mi casa en Carabayllo. La gente lo miraba y decía: el circo es nuevo, pero los huecos del toldo son viejos (risas). A pesar de las carencias económicas no pensaba en cuánto dinero iba a ganar, mi mente estaba fijada en hacer reír al público. Eso me hacía feliz.

*La Plaza San Martin y Trampolín a la Fama

En 1978, Walter llegó a la plaza San Martin y cerca del cine Metro empezó a vender revistas y discos usados. Aquí descubrió a unos jóvenes que se hacían llamar: “Tripita”, “Cara de Caballo”, “Frejolito” y “Cucharita”. Ellos contaban chistes y el público recompensaba las bromas con unas monedas. Eran los primeros cómicos ambulantes.

-¿Y entonces viste una oportunidad?
¡Exacto…! A mi amigo Willy “Papelito” Romero que era payaso y experto en fonomímica, lo entusiasmé para trabajar en la Plaza San Martin. Allí hacíamos show, nos iba muy bien. A mí me llamaban “Cartoncito” (risas), pero en Carabayllo me llamaban “Cachito”, por el futbolista Osvaldo Ramírez. Ese apelativo me gustó más y me quedé con él.
-¿Y cómo llegaste a la televisión?
La primera vez que salí en la televisión fue en Trampolín a la Fama. Augusto Ferrando empezó a llevar a los cómicos de la Plaza San Martin a su programa. El primero en ir fue “Mondonguito”. Posteriormente, me tocó ir junto con “Papelito”. Actuamos cuatro veces y recibimos algunos premios.

*El teatro, la televisión y sus singulares caracterizaciones

En los primeros años de la década del 90, Miguelito Barraza regresó al Perú luego de estar unos meses en Venezuela. Su llegada, despertó la idea del productor del café – teatro Ático de Miraflores en juntar a Barraza con cinco cómicos que habían triunfado en Trampolín a la Fama, entre ellos Walter “Cachito” Ramírez. El resultado fue un rotundo éxito con sala llena durante nueve meses.

-Y del teatro, ¿cómo llegas a la televisión?
Los shows en el Ático llamaron la atención de mucha gente. Políticos, deportistas, actores. A una de las funciones llegó Carlos Alvarez. Le gustó el trabajo del “Cholo Piter” y se lo jaló a su elenco. Tiempo después me brindó la oportunidad de acompañarlo a los shows que realizaba en provincias. Un día realizó un show en el teatro Canout y me dijo: este será tu casting, quiero ver si ya estás para la televisión. Gracias a Dios gustó mi participación e ingresé a la televisión. Era el año 1994.

-¿Y cuál fue tu primera imitación?
Yo no soy imitador, lo mío es la caracterización con gracia, y eso ha funcionado. El primer personaje que caractericé fue el ex futbolista César Cueto. Al parecer no le agradó, se incomodó.

-Y luego trabajaste junto a Carlos Álvarez y Jorge Benavides…
Fue extraordinario y maravilloso integrar el elenco de “El Especial del Humor”. Gracias a este programa logré el reconocimiento de la gente. Mucho tuvo que ver el profesionalismo y confianza de Carlos y Jorge. En esta etapa surgieron muchas caracterizaciones como: Lucia de Cruz, Santiago Acasiete, Tula Rodríguez, Yahaira Plasencia, Ollanta Humala y el “asistente” del padre Maritin…
-Este sketch fue muy popular y es muy seguido en redes…
Es el que me ha brindado más alegrías. Una vez en un teatro en Trujillo, Carlos estaba actuando como el padre Maritin y yo ingresé con mi personaje del “asistente”. El público se puso de pie y nos aplaudió por más de 30 segundos. Me quebré de la emoción. Carlos me alcanzó un copón de vino y en lugar de tomar un solo trago, me tomé todo el vino. Siempre que recuerdo ese momento me emociono.
-¿Con qué caracterización te quedas…?
Con “El Chorri” Palacios. He tenido la oportunidad de estar en el extranjero y por las calles me han gritado: ¡Hola Chorri! Para este personaje mucho ayudó la frase: ¡Apóyame mano! Y es que, el cariño de la gente, no tiene precio.