Por Armando Martín Barrantes Martínez. Magister en Gerencia Social PUCP.
Una fuente confiable compartió una conversación privada entre Dina Boluarte y su abogado defensor. En el contexto de la pronta inscripción del partido político “Ciudadanos por el Perú” de los Boluarte —construido sobre los recursos del Estado ligados a la designación de prefectos—, Dina comentó, medio en broma y medio en serio, que su sueño, compartido con su hermano Nicanor, sería clonar a Morgan Quero. Esto, debido a que Quero, por mantener su puesto como ministro o simplemente por su carácter adulador, estaría dispuesto a ejecutar sin titubear una hipotética “Orden 66” si fuera necesario.
Morgan Quero, conocido por su actitud servil, aduladora y complaciente hacia la frivolidad de Dina, ha sido descrito como el «soldado perfecto», dispuesto a ejecutar sin cuestionamientos los caprichos más triviales de su líder e incluso a defenderla a costa de su propia integridad. Sin embargo, esta percepción plantea serias preocupaciones. La diversidad de pensamiento es fundamental en una democracia, y un «ejército de clones de Morgan Quero» podría sofocar la disidencia y consolidar un estilo de liderazgo autoritario.
Un gabinete repleto de figuras obedientes como Quero limitaría la capacidad del gobierno para abordar desafíos complejos y tomar decisiones bien fundamentadas. Esto nos lleva a reflexionar: ¿puede un liderazgo basado en la obediencia servil y la ausencia de voces críticas garantizar un futuro prometedor para el país? La diversidad de perspectivas y el debate constructivo son pilares fundamentales para una gestión eficiente y orientada al bienestar colectivo.
El futuro político de los hermanos Boluarte parece depender de la cantidad de ministros serviles que logren mantener en sus filas. La “Orden 66”, ya sea simbólica o real, refleja los desafíos de una administración enfocada en garantizar su supervivencia frente a las críticas y a la escasa oposición que no han logrado comprar ni cooptar.
Esta estrategia también plantea preguntas cruciales sobre las elecciones generales de 2026, en las que se elegirá presidente, senadores y diputados. ¿Serán los clones de «Morgan Quero» la clave para asegurar la continuidad del proyecto político de los hermanos Boluarte, ahora próximos a contar con un partido político formalmente habilitado para participar? En esta línea, la clonación de Morgan Quero parece orientarse a ocupar desde ministerios hasta prefecturas, asegurando una red de defensores leales y serviles a los Boluarte a partir del 2026. Todo esto, frente a los claros indicios y evidencias de delitos e infracciones que se les atribuyen.
Los hermanos Boluarte saben que necesitan aliados en el Congreso a partir del 2026 que los respalden y los protejan. Tal vez esa sea la verdadera “Orden 66” de los clones de Morgan Quero: garantizar, por un lado, cómplices que los defiendan y, por otro, la permanencia de la frivolidad, la mediocridad, la estupidez y del actual poder político en el Perú.
Posdata: Veremos a Morgan Quero como candidato presidencial o encabezando la lista de senadores del partido de los hermanos Boluarte. Un Morgan Quero ganador —todo puede ocurrir en política— nos podría llevar a realidades apocalípticas y desesperanzadoras, propias de Black Mirror e Idiocracy.
