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Insultos sí, obras nada: Humberto Abanto responde a las críticas del alcalde de Lima y cuestiona la falta de avances en su gestión

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Humberto Abanto le responde a Porky.
Solo sabremos si es decente y honesto, como dice, cuando acabe su gestión, replica el abogado.

El alcalde de Lima ha respondido a las críticas que usted hizo a su gestión diciendo que no ha venido a robar como hizo el APRA en sus dos gobiernos. Ha sido sorpresivo y fuerte el golpe para usted y sus compañeros.
Ni sorpresivo ni fuerte. Rafael López Aliaga tiene la política de INSULTOS SI Y OBRAS NO. Una pésima práctica que deja el debate político en el albañal en que se encuentra hoy. Aquí el tema es muy simple y sencillo: he cuestionado que se endeude a la Municipalidad Metropolitana de Lima por sumas astronómicas que comprometen su equilibrio presupuestal futuro y a una tasa muy elevada, también que a los 18 meses de gestión no haya obra importante que exhibir, y la respuesta ha sido una andanada de insultos por parte del alcalde.
Quizás López Aliaga dispense ese trato a los colaboradores de sus empresas. Allá el si lo hace y ellos si lo aceptan. Pero aquí la situación es diametralmente
opuesta: él es el empleado de todos los ciudadanos de Lima y cuando se le emplaza a responder tiene que dar
información, no insultar.

Por otra parte, haría bien en no precipitarse. Cuando acabe su gestión y hagamos las cuentas sabremos si la honestidad que proclama es tal. Su gobierno municipal ha alcanzado el 37.5% de su mandato y no es el dechado de decencia y eficiencia que afirma. Quien no me crea que vaya por la Vía Expresa del Paseo de la República y vea el penoso estado en que se encuentra a 100 metros del Ovalo Grau. Han hecho una reparación que refleja la improvisación con que se ha tratado de ocultar la dejadez de permitir que una vía esencial para Lima Metropolitana llegue a ese estado ruinoso. Pero él no responde, insulta.
López Aliaga le atribuye haber dicho que la municipalidad esta sin fondos y replica que tiene 800 millones de soles, que ha venido a hacer obras honestamente y con supervisión internacional, y no a robar como hizo el APRA en sus dos gobiernos
Insisto, si no ha venido a robar se sabrá al final. Hoy solo hay declaraciones de decencia y honestidad que me recuerdan el viejo dicho: dime de qué te jactas y te diré que te falta. Acerca de la supervisión internacional, pues ya estamos viendo sus frutos en la compra sobrevaluada de motocicletas. Llamo la atención que quien ha lanzado las sospechas de corrupción en este tema ha sido el propio alcalde de Lima. No sus críticos, no sus opositores, no quienes dudan de su aptitud para el cargo, como yo. Ha sido él mismo. Así que, creo, ya va siendo hora de que mire la viga que tiene en el ojo y no la paja del ojo ajeno. Si López Aliaga pudiera ser una milésima de lo eficiente que fue el gobierno aprista de 2006-2011, ya podría hablar de 152 obras porque ese gobierno del que habla hizo 152,000 obras. Pero no, solo nos habla de 16 obras. Así es él. No explica, insulta.
López Aliaga se siente orgulloso de la colocación de bonos de la Municipalidad Metropolitana de Lima y lo desmiente, asegurando que fueron tomados por inversionistas internacionales extranjeros y no por fondos pensionarios, como dijo usted.
Va a llegar a una deuda de 4,000 millones de soles. El problema es la absoluta falta de transparencia en la operación. El alcalde de Lima dice que es una gran colocación. Bueno, pues, que nos muestre el bono para saber en qué condiciones nos está endeudando. Ponga el bono a la vista, señor López Aliaga. No se necesita ha- ber trabajado en un banco para pedir eso. Más bien, si se necesita haber trabajado en un banco de inversiones
-recordemos lo que sucedió con la banca de inversión en el mundo allá por 2008- para especializarse en ocultar la
información. López Aliaga nos habla de inversionistas institucionales extranjeros, pero lo cierto es que nadie ha accedido a esa información. Solo tenemos su palabra, que está profundamente devaluada.
No, señor López Aliaga, no nos diga que es chistoso, cuente el chiste. Es decir, no nos diga que esto es así o asá, muéstrenos la información. Usted no está manejando sus empresas, con las que puede hacer lo que le dé la gana porque es su patrimonio. Usted está manejando la ciudad de Lima y, como no es suya, tiene que exhibir la información sin recortes. Es usted el empleado de todos los limeños y está obligado a rendir cuentas. No insulte,entregue la información.
López Aliaga ha dicho que usted quiere ser candidato del APRA, que se cree el mesías y salvador, pero como ese partido está muerto por la corrupción en sus dos gobiernos, se ha dedicado a hacer campaña en base a la difamación, y echando barro a gente que trabaja con honestidad en beneficio de los limeños.
Es gracioso que el alcalde Lima crea que puede distraer a la opinión pública y no responder los cuestionamientos. Se trata de un viejo truco de los comunicadores. El problema es que es demasiado viejo. Nadie puede ser candidato de una elección que no ha sido convocada, excepto él que, como de costumbre, se lanzó y al ratito se desdijo porque se le vio el fustán. Así es él y cada vez se hace más visible. Enemigos de verdad han cantado la muerte del APRA y el APRA tercamente siempre ha resurgido. Pasó en 1945, en 1956, en 1978, en 1985, en 2001, en 2006 y volverá a suceder en las próximas elecciones. Claro todo esto es novedoso para López Aliaga, que siempre luce obscenamente su insondable ignorancia histó- rica. Creo que cuando López Aliaga habla de mesianismo todos lo imaginamos como la madrastra de Blancanieves con su espejito en la mano.

Porky dice que ha conseguido un decreto de urgencia para tener una ruta rápida y ya hemos firmado tres encargos para las Naciones Unidas para hacer la subasta internacional y está a punto de firmar para ocho obras más. Aseguró que lo único que quiero dejar en claro, es que la plata no es para robársela, como la corrupción que hubo en el Gobierno aprista, sino es para hacer obra de infraestructura protegida por fideicomisos internacionales. Dijo que está trabajando con transparencia y honestidad por el bienestar de Lima.
Fíjese, yo no creo en la transparencia de que habla López Aliaga, porque la transparencia no es una proclamación, sino una práctica y él no la lleva a cabo. Voy a hacer una playa en San Juan de Lurigancho, dijo, y lo que hizo fue rodear de arena una piscina que ya existía. Una mentira. Voy a comprar 10,000 motos, dijo, y ahora compra mal 4,000 motos. Dos mentiras. Lima potencia mundial, dijo, y Lima se inundó de basura, está tomada por la venta ambulatoria, el tráfico vehicular es un caos infernal.
Tres mentiras y no sigo contando porque no alcanzaría la entrevista. El poco bien que hizo, lo ha hecho mal y el mucho mal que está haciendo, lo hace bien.
Ni siquiera es imaginativo. El decreto de urgencia de que se jacta es una copia del fast track que se aprobó en el segundo gobierno del APRA para asegurar la ejecución de la obra. Pregunta por Agua para Todos, que vaya y se informe. Allí están los esquemas de agua potable y desagüe. No sabe nada, solo insulta. Más bien, veo que la señora Boluarte sí tiene el deseo de ayudar a Lima. Así que, desde aquí le propongo una idea que beneficiaría muchí-msimo a la ciudad: sustituya usted el Programa Obras por Impuestos y reemplácelo por el Programa Obras por Insultos. De ese modo, se financiaría una obra importante cada vez que López Aliaga insulte a alguien. Claro, supongo que el ministro Arista se opondría porque, dada la proclividad del alcalde de Lima en insul- tar, no alcanzarían el presu- puesto público.