Home 2023-08-24 Congresistas se van de robo

Congresistas se van de robo

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EN OTRO LENGUAJE
Por: Jaime Asián Domínguez
@jaimeasian

Nos quejamos, con toda razón, de que la Policía atrapa in fraganti a peligrosos delincuentes y, por lo general, en su mayoría, a las horas o días, otra vez están en las calles atacando a la población, por obra y gracia de autoridades judiciales y fiscales indolentes. Esta fórmula, en ocasiones, origina que la sangre llegue al río cuando los hampones liberados perpetran una fechoría mayor, con muerte incluida.
Palabras más, palabras menos, un cuadro idéntico de complicidad e impunidad se reproduce en el Congreso de la República, por ejemplo, con los escandalosos blindajes a los legisladores “mochasueldos”, permitiendo que estos, bien orondos, continúen entornillados en sus curules como si nada hubiese pasado. Nunca mejor puesta la sentencia: “otorongo no come otorongo”.
El símil no resulta antojadizo porque quitarle parte del sueldo a un trabajador, en cualquier parte del mundo, se conjetura como un robo, es decir un hecho delincuencial que amerita una respuesta punitiva. Sin embargo, para nuestro Parlamento, dueño de una animadversión cercana al 90%, los negociados políticos están por encima de la ética y la moral, y el factor representatividad ha pasado a ser una quimera.
La verdad es que esta camada de padres de la patria se va de robo sin vergüenza alguna. Pruebas al canto: aprueba o desaprueba lo que le conviene, se atribuye todo tipo de gollerías y se zurra en la opinión de los electores, quienes, a esta altura de la desazón, ya deben estar golpeándose el pecho y repitiendo “por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa”. Se impone un ‘mea culpa’ porque peores congresistas, imposible.
Hay excepciones, desde luego, no obstante, lo que este Legislativo trasunta a nivel general es una imagen deplorable que ya no justifica ninguna concesión. “Cuando se hacen tonterías, estas, por lo menos, deben dar resultado”, decía Napoleón. Ciertamente, con su accionar, estos 130 señorones y señoronas están cavando su propia tumba por más bicameralidad que implementen.