Vargas Llosa: Cuatro ejemplares de sus obras serán declaradas Patrimonio Cultural

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    Cuatro ejemplares de las obras jóvenes del premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa serán declaradas Patrimonio Cultural de la Nación, según la Biblioteca Nacional del Perú.

    ¿Qué hace muy preciados a estos ejemplares para que sean declarados Patrimonio Cultural de la Nación? El historiador Rubén Robles explica que la Biblioteca Nacional del Perú (BNP) se guía de cuatro puntos para declarar un material como Patrimonio Cultural de la Nación: la relevancia del autor, la obra, la edición y los ejemplares en sí. “Uno tiene que barajar todas estas posibilidades porque, a veces, algunas son descollantes”, dice.

    Los Jefes

    El primero es el libro de relatos Los jefes, la primera obra que publicó Mario Vargas Llosa (MVLl). Se trata de una edición previa a la conocida de 1959. Esta data de 1957. “Es un caso particular. Salió como una separata de la revista Mercurio Peruano, de la cual solo se publicaron 50 ejemplares y Vargas Llosa, de 21 años, los repartió entre sus conocidos”, explica Robles.
    Agrega que era una costumbre de la época que las revistas sacaran estos pequeños tirajes. Así salieron, por ejemplo, obras del arqueólogo y antropólogo Julio C. Tello.
    Además de ser “raro”, de pertenecer a la primera publicación de MVLl, el ejemplar, publicado por Editorial Lumen, está dedicado a Raúl Porras Barrenechea (1897- 1960), maestro sanmarquino al cual el novelista tributaba un gran afecto, tal como lo cuenta en El pez en el agua. Participó en las famosas tertulias en la casa de la calle Colina; Robles recuerda que MVLl, alguna vez, barajó la posibilidad de convertirse en historiador.

    La Ciudad y los Perros

    En el caso del ejemplar de La ciudad y los perros (1963), se trata de una de las novelas que inicia el boom latinoamericano y con la que el autor gana el premio Biblioteca Breve de 1962.
    “Además, y como lo recuerda Marco Martos, La ciudad y los perros es más o menos el equivalente a Los heraldos negros para poesía en el Perú. Es una obra iniciadora de la novela moderna”.
    “Si uno piensa en MVLl, tiene un conjunto de grandes novelas, que se inician con esta joya bibliográfica que es La ciudad y los perros”, dice Robles. El ejemplar de la novela está dañado, pero es parte de la historia de este libro, aunque conserva la cubierta original de la primera edición. Incluye el mapa de Lima Metropolitana con el que los lectores de otros lares podían comprender mejor la geografía de la urbe peruana.

    La Casa Verde

    El de La casa verde, editado por el sello Barral en Barcelona, en 1966, incluye un mapa del norte peruano, con detalles de la selva del río Marañon, con Santa María de Nieva, la isla de Fushía y la zona de la etnia huambisa. La portada de este ejemplar de tapa blanda, que parece un garabato, es del artista español Antoni Tapies.
    Además, tiene el ex libris que demuestra que ambos ejemplares pertenecieron a la colección de Manuel Cisneros Sánchez (1904-1971), que custodia la BNP y suma 5,000 ejemplares.
    “Cisneros fue un político, diplomático y periodista con un sentido muy fino sobre lo que significa la colección de libros. Su colección ayudó mucho a que la BNP recupere su valor perdido con el incendio de 1943, que destruyó muchas colecciones”, recuerda Robles, uno de los especialistas de la BNP que más ha trabajado este archivo.
    Así que, digamos, históricamente esta novela está al inicio de todo un movimiento de gran realce en el que por primera vez los escritores latinoamericanos eran traducidos masivamente en distintos países. Se volvieron el eje de la narrativa en ese momento.

    Los Cachorros 

    La edición de la novela Los cachorros pertenece a la colección Palabra e Imagen, en la que se cuentan las historias acompañadas de fotografías. Para esta edición de la famosa historia de ‘Pichula’ Cuellar, Vargas Llosa coordinó con la editorial Tusquets en España mediante misivas.
    La lectura de este libro, que MVLl dedicó a la memoria del poeta Sebastián Salazar Bondy, se enriquece con las fotografías del español Xavier Miserachs, lo que permite otra forma de experiencia al lector: tener una mirada sobre escenarios y personajes, aunque no son peruanos, que retratan la década de 1950 y la clase social de los personajes vargasllosianos. Además, incluye un texto introductorio del editor barcelonés Carlos Barral (1928-1989).
    ¿Por qué solo un grupo? No se ha querido abarcar más porque la obra de Vargas Llosa tiene muchos títulos importantes, el objetivo es presentar un “cuadro”. Es como un primer homenaje que se le da.

    Diálogo con los jóvenes 

    La jefa institucional de la BNP, Fabiola Vergara, explica que la institución está llevando a cabo un trabajo sostenido sobre la declaratoria de patrimonio cultural.
    “Sobre todo, hemos abordado la declaratoria con el material virreinal, antiguo, pero paulatinamente hemos ido trabajando y descubriendo las singularidades de obras más contemporáneas que ponen en relieve autores y que nos permiten también entrar en diálogo con los jóvenes”, manifiesta.
    En este camino han propuesto la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Nación de autoras del siglo XIX, de las obras de los poetas José María Eguren y César Vallejo.
    “Este caso será la primera declaratoria de Patrimonio Cultural de la Nación de obras de un autor en vida. Y eso lo permite la Ley de Patrimonio”, subraya.

    Autor vivo

     Para llevar a cabo esta novedosa declaratoria hubo mucha coordinación con el despacho del nobel de Literatura 2010. Para los especialistas de la BNP ha sido también un aprendizaje este nuevo caso.
    Las obras jóvenes de Vargas Llosa están vigentes, se leen en las escuelas y tienen mucha relevancia. Y esta declaratoria es un motivo para que los peruanos volvamos a leer a nuestro único nobel, que acaba de ser incorporado a la Academia Francesa de la Lengua. Aquí, en la Biblioteca Nacional, es un autor que tenemos muy presente: hay un busto de él y el auditorio lleva su nombre”, recalca Vergara, quien no descarta hacia futuro que se identifiquen otras obras de MVLL y pasen un proceso similar para lograr la declaratoria.
    Al ser las obras de un autor vivo, el propio Vargas Llosa tenía que dar su consentimiento para que sus obras sean declaradas Patrimonio Cultural de la Nación.
    El proceso de declaratoria es muy sencillo. Se debe presentar ante la BNP el expediente de los ejemplares por considerar y esta entidad presta la asistencia técnica para identificar el material bibliográfica valioso.
    Luego de la verificación y validación, la BNP presenta el expediente al Ministerio de Cultura, que es la instancia que hace la declaratoria.

    Tomado de Andina