De no acabar hasta ver a Dina fuera del Gobierno. Cientos de aimaras se desplazaron indignados en la ciudad de Juli, al sur de Puno, para protestar por las agresiones a sus paisanos en la capital, perpetrados por la policía. Se enfrentaron este sábado comuneros y militares del Ejército Peruano, luego de las promesas de desarrollo que mencionó la presidenta en conferencia el viernes.
En ese duelo, los agentes fueron culpados por las muertes durante las primeras manifestaciones registradas en Puno y con arengas reclamaron las ofensas. Sin embargo, abrieron fuego y bombardearon con gas lacrimógena toda la ciudad.
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Decenas de militares estaban acantonados en el interior de un hotel turístico cerca al Lago Titicaca y al percatarse que la convulsión se acercaba para manifestarse, decidieron abrir fuego alrededor de 30 minutos.
Desde helicópteros lanzaron lacrimógenas para dispersar a las masas y unidades blindadas de movilizaron desde el mediodía hasta cerca de las 3.00 de la tarde.
“Han reprimido a nuestros paisanos. No queremos que estén acá. Para nosotros, es una ofensa. Encima que les dan bono después de matar a peruanos, ahora quieren someternos. Eso no lo vamos a hacer y no lo vamos a aceptar de ningún modo. Que se vayan. Acá las rondas campesinas son más efectivas. Se tienen que ir. Nunca hemos necesitado de militares. Esos no producen nada. Que se vayan”, sostuvo Nilo Colque, dirigente de la ciudad de Juli.