El otro Bolívar para el Perú II

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    No podemos prescindir, para abordar la figura de Bolívar, de lo que señaló el historiador Marc Bloch: «cuando las pasiones del pasado mezclan sus reflejos con los prejuicios del presente, la mirada se turba sin remedio y, lo mismo que en el mundo de los maniqueos, la realidad humana se convierte en un cuadro en blanco y negro» (Apología para la historia, pp.140-141). Por si fuera insuficiente, es menester insistir en que: «cada vez más, nuestras tristes sociedades, en perpetua crisis de crecimiento, empiezan a dudar de sí mismas, uno las ve preguntándose si han tenido razón en interrogar al pasado o si lo han interrogado bien» (pp. 42-43). ¿Acaso hemos comprendido bien a Simón Bolívar o, por el contrario, lo hemos interpretado y enjuiciado primero?

    El perfil, la visión y la filosofía política del libertador pueden ser rastreados en muchas de sus cartas, sin embargo, es en su exilio, desde Jamaica, a sus 32 años, que podremos darnos cuenta de lo gigante que fue y sigue siendo el caraqueño para lo que hoy es América y el Perú en concreto.

    Continúa en nuestra sección impresa: Diario Uno | Viernes 10 de febrero del 2023