Espontáneo y multitudinario fue el plantón del 25 de enero en el frontis de la Embajada de Estados Unidos en Lima realizada por manifestantes de diferentes regiones del Perú que llegaron a la capital en protesta.
Mediante comunicados por redes sociales, los manifestantes señalaron a los Estados Unidos como los verdaderos promotores del golpe a Pedro Castillo, debido a que este año se renovarán contratos con mineras y por eso necesitaban un gobierno dócil.
Uno de los mensajes difundidos por redes sociales decía lo siguiente: “… todos a la EMBAJADA DE ESTADOS UNIDOS!!!!!… los verdaderos promotores del golpe… recuerden Lisa Kenna embajadora de ESTADOS UNIDOS en Perú… se reunió con el ministro Defensa un día antes del golpe a Castillo… para que las fuerzas armadas… abandonen al presidente… y Dina es el títere de la CIA… para renovar contratos de mineras… para que no paguen impuestos”.
Los manifestantes llegaron en horas de la mañana a la embajada en el distrito de Surco; francotiradores se desplegaron en la azotea de la sede diplomática de manera amenazante, mientras los manifestantes continuaron pacíficamente con su protesta.
“¡El pueblo unido jamás será vencido!”, “¡Fuera, yankees!”, “¡Vamos, pueblo, carajo; el pueblo no se rinde, carajo!”, “¡Somos pueblo y no terroristas!” arengaron en el frontis del edificio diplomático; además, cantaron letras alusivas a las razones de la protesta. Una de ellas decía: “Esta democracia ya no es democracia. Dina asesina, el pueblo te repudia. Cuántos muertos quieres para que renuncies. Dina asesina, mataste a mi pueblo. Sangre derramada nunca se olvida. Sueldos millonarios para los corruptos, balas y fusiles para nuestro pueblo”.
Los manifestantes, en su mayoría del sur del Perú, reclamaron a los Estados Unidos su doble moral, por reconocerse a sí mismos como defensores de la democracia, pero, a la vez, avalar el gobierno de Dina Boluarte que, hasta la fecha, tiene la responsabilidad política de alrededor de 60 peruanos asesinados en protesta.
Canciones, bailes, lectura de hoja de coca, entre otros rituales andinos y manifestaciones de la cultura popular acompañaron la protesta pacífica frente a la Embajada de EE. UU. en Lima.