Home 2023-08-24 Un Congreso sin defensa

Un Congreso sin defensa

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EN OTRO LENGUAJE

Por Jaime Asián Domínguez
@jaimeasian


No cabe duda que este Congreso se irá sin pena ni gloria. Y mientras llega el 2026, porque antes de esa fecha ni a rastras soltarán la mamadera, los padres de la patria aumentan la animadversión de la población con acciones y decisiones realmente abusivas. El 90 % de desaprobación que les encajó la última encuesta del IEP tiene connotación de epitafio y, en la práctica, ya no representan ni a su familia. Duele decirlo, pero esa es la cruda realidad del Legislativo.

Lejanos los tiempos en que el Parlamento era sinónimo de majestuosidad, respeto, institucionalidad, clase, prolijos debates y neuronas. Lo que vemos hoy, con las excepciones del caso ciertamente, es un remedo de congresistas que apelan al cálculo político y, sin el menor tapujo, postergan las expectativas de las mayorías para anteponer las suyas. La elección de Josué Gutiérrez, exabogado de Vladimir Cerrón, como Defensor del Pueblo, refrenda este modus operandi.

En la antesala y para certificar que les interesa un bledo la ojeriza de la gente, dejaron limpios de polvo y paja a “Los Niños” (Doroteo, Espinoza, Flores y Vergara), los ‘topos’ acciopopulistas de Pedro Castillo, blindaje que de inmediato recibió un huaico de críticas de todos los sectores y, otra vez, muestra como palo de gallinero al Congreso de la República. Estamos ante una ofensa a la memoria de Miguel Grau, cuya curul vitalicia se ubica precisamente en el hemiciclo.

Al inicio de su gestión, como presidente de la Mesa Directiva, José Williams Zapata representaba la esperanza de que, con la voz de mando que exhibió en el Operativo Chávín de Huántar, iba a poner orden y cuadrar a los legisladores para que se dejen de vainas, sin embargo, con la habilidad felina de un otorongo, se le han trepado a la cabeza y en la casa de las leyes puede pasar cualquier cosa, incluso que ‘se vayan de robo’ mochándoles el sueldo a sus trabajadores.

Con un Congreso presto al avivato y una presidenta de la República que no termina de asentarse en el sillón de Palacio de Gobierno y cede protagonismo al primer ministro, el país seguirá teniendo flancos abiertos por donde los extremistas encuentren atajos para filtrarse. Guerra avisada…