En otro lenguaje
Por Jaime Asián Domínguez

Al guerrillero Gustavo Petro Urrego hay que cantarle las cosas claras. Y si es a ritmo de vallenato, género musical autóctono de la Región Caribe de Colombia, mucho mejor. “… Se creía que él a mí, que él a mí, me iba a ganar, pero cuando me oyó cantar, le cayó la gota fría…”.
Ahorita, tras escuchar los argumentos históricos de la Cancillería peruana, el exintegrante del Movimiento 19 de Abril (M-19), está tiritando, suda frío, ha entrado a un momento de pánico y hasta invade el espacio aéreo nacional y manda a sus policías a que traten de ingresar a nuestro territorio.
Y es que es verdad, la isla Santa Rosa -como la misma santa- pertenece al Perú, y el impresentable presidente cafetero lo sabe, pero ‘se hace el sueco’ por afanes precisamente non sanctos. “… Al cabo él la compartía y el tiro le salió mal…”. Gracias, Carlos Vives (y también al compositor Emiliano Zuleta), por ayudarnos a poner en su sito a este ‘Moralito’ irresponsable.
Decía bien que el ministerio de Relaciones Exteriores ha respondido de manera precisa a las locas pretensiones de este amante de las armas y sindicado como ‘asesino terrorista’. En otro lenguaje, Gonzalo Schialer, en nombre del Perú, ha entonado: “En mis notas soy extenso, a mí nadie me corrige” porque tenemos como aliados el tratado del año 1922 y su confirmación con el Protocolo de Río de Janeiro de 1934. “Pa’ que se acabe la vaina”.
Es una lástima que este sujeto venga a malograr la hermandad y las magníficas relaciones que siempre hemos tenido con Colombia. Quizá su adicción a las drogas y hasta las cirugías estéticas que se hizo para quitarse la papada (sí, Dina no es la única) le estén pasando la factura.
El Mundo, de España, habla de “la inestable salud mental de Gustavo Petro”. Cosa sería, por donde se le mire. Pero el Perú no está para pagar los platos rotos de este vecino zafado. Allá él y, si tanto joroba, nos veremos en La Haya, pues.
Los colombianos afrontan un gran problema con este mandatario de incapacidad total permanente y tendrían que ponerle una camisa de fuerza. Parece, parafraseando al también cantante colombiano Juanes, que tiene la camisa negra porque negra tiene el alma. Y lo dejamos ahí.
—
“El Mundo, de España, habla de “la inestable salud mental de Gustavo Petro”. Cosa sería, por donde se le mire”.