El vehículo de la empresa Molina Líder Bus que se despistó y cayó a un abismo en la Carretera Central, en Tarma, con el saldo lamentable de 18 muertos y más de 30 heridos, revela una total ausencia del Estado en la fiscalización de las empresas de transporte.
¿Accidente o negligencia estatal?
La reciente tragedia del bus de la empresa Molina Líder Bus en Tarma ha expuesto no solo las fallas de la empresa de transporte, sino también la alarmante negligencia de las autoridades encargadas de fiscalizar el sector. A medida que se profundiza la investigación, crece la indignación por un sistema de transporte que parece priorizar el lucro sobre la vida de los pasajeros. Este no es el primer accidente de similares proporciones, sin embargo al Estado no parece preocuparle la vida de los pasajeros.
Falla de la Sutrán: ¿Dónde estaba la fiscalización?
La Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutrán) es el organismo técnico especializado responsable de fiscalizar el transporte terrestre en el país. Su misión es garantizar que las empresas cumplan con las normas de seguridad y mantenimiento. Sin embargo, el accidente en Tarma revela una fiscalización deficiente y reactiva. La Sutrán actuó después del siniestro, inhabilitando al bus y a los conductores, pero la pregunta que queda es: ¿por qué no se detectaron las fallas del vehículo a tiempo? ¿Qué controles se realizaron en la ruta para garantizar que el bus estuviera en condiciones óptimas para circular? Este trágico suceso es un doloroso recordatorio de que la falta de una supervisión rigurosa y constante tiene consecuencias fatales.
Un sistema legal permisivo
El marco legal peruano también es cuestionable. Si bien existen leyes que regulan el transporte, a menudo se considera que las sanciones no son lo suficientemente severas para disuadir a las empresas de transporte de cometer negligencias. Muchas de estas compañías prefieren pagar las multas antes que invertir en el mantenimiento adecuado de sus flotas. En este contexto, la tragedia en Tarma no es un evento aislado, sino el resultado de un sistema que permite a las empresas operar con un margen de seguridad mínimo para ahorrar unos soles, poniendo en riesgo la vida de miles de pasajeros cada día.
El rol del Ministerio de Transportes y Comunicaciones
La responsabilidad final recae en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC). Es esta entidad la que tiene la capacidad de fortalecer a la Sutrán, actualizar el marco legal y promover una cultura de seguridad en el transporte. La tragedia de Tarma debería ser un punto de quiebre para que las autoridades dejen de ser simples observadoras y se conviertan en verdaderas garantes de la seguridad vial. De lo contrario, este tipo de accidentes se seguirán repitiendo, y cada muerte será una mancha más en la conciencia del Estado.
El dolor de las familias de las víctimas no se aliviará con un simple comunicado. Lo que se necesita es una reforma profunda y urgente del sistema de transporte, que incluya una fiscalización más estricta, sanciones más severas y una verdadera voluntad política para priorizar la seguridad de los ciudadanos.