La rotación terrestre se acelerará levemente, generando días más cortos por influencia de la Luna y otros factores.
Este miércoles 9 de julio de 2025 será uno de los días más cortos desde que existen registros precisos. Científicos afirman que la aceleración de la rotación de la Tierra acortará la jornada en hasta 1,51 milisegundos. Aunque imperceptible para la vida diaria, el fenómeno revela importantes dinámicas internas y gravitacionales del planeta.
Un giro más rápido de lo habitual
El fenómeno ha sido alertado por especialistas en astrofísica y monitoreo planetario. Según Graham Jones, del portal especializado TimeandDate.com, este 9 de julio, el 22 de julio y el 5 de agosto, la Tierra completará su rotación diaria más rápido de lo habitual. En lugar de durar exactamente 86.400 segundos (24 horas), lo hará entre 1,3 y 1,51 milisegundos antes.
La causa principal sería la posición de la Luna, que estará más cerca de los polos que del ecuador terrestre, ejerciendo así una fuerza gravitacional que actúa como un “empujón” al planeta, acelerando su rotación.
No es la primera vez
Este acortamiento no es un hecho aislado. En 2024 se registró el día más corto de la historia, con una duración 1,66 milisegundos inferior al promedio. Otros días récord ocurrieron en 2021, 2022 y 2023, confirmando una tendencia en los últimos cinco años.
Desde 2020, los relojes atómicos, que miden el tiempo con extrema precisión, detectan que la Tierra gira más rápido que en décadas anteriores. Los investigadores consideran que este patrón está relacionado no solo con la influencia lunar, sino también con procesos complejos en el núcleo terrestre, los océanos y la atmósfera.
Clima, terremotos y el peso de los árboles
Más allá de la Luna, la redistribución de masa planetaria también afecta la rotación. El derretimiento de glaciares, la extracción de agua subterránea y eventos como terremotos provocan cambios en la inercia terrestre. Por ejemplo, el sismo de Tōhoku (Japón, 2011) acortó el día en 1,8 microsegundos.
Incluso el crecimiento estacional de los árboles modifica ligeramente el equilibrio del planeta, como explicó el profesor Richard Holme: cuando la biomasa crece en altura, aleja masa del eje de rotación, generando una desaceleración similar a la de un gimnasta que estira los brazos.
¿Un segundo extra?
Aunque estos ajustes no afectan la percepción humana del tiempo, sí obligan a intervenir en sistemas tecnológicos que requieren sincronización absoluta, como satélites, GPS y redes globales. Por ello, el Servicio Internacional de Rotación Terrestre (IERS) aplica segundos intercalares cuando la diferencia entre el tiempo astronómico y el civil se acumula.
La idea de que los días más cortos puedan volverse cada vez más frecuentes abre nuevas preguntas sobre la estabilidad del planeta. Científicos como Leonid Zotov advierten que la explicación definitiva aún se desconoce, aunque algunas proyecciones indican que la tendencia podría revertirse en los próximos años.