Moussa Medah denunció ante la justicia que le ofrecieron 5 millones de dólares para matar al mandatario durante sus rezos diarios. El escolta expresó su lealtad al país y rechazó traicionar a Traoré como «lo hizo Blaise Compaoré con Thomas Sankara».
En un acto de lealtad que revela intentos de desestabilización en Burkina Faso, Moussa Medah, escolta personal del presidente Ibrahim Traoré, denunció públicamente una oferta millonaria para asesinar al mandatario. Medah reveló que rechazó 5 millones de dólares que le propusieron para ejecutar al presidente durante sus oraciones diarias. Un plan que incluía garantías de escape y protección internacional para él y su familia tras el magnicidio.
Una conspiración frustrada contra Traoré
Los detalles de la denuncia exponen un elaborado intento de desestabilización contra el gobierno burkinés. Los conspiradores habrían buscado aprovechar los momentos de vulnerabilidad del presidente durante sus rezos diarios. La oferta no solo contemplaba el pago millonario sino también un salvoconducto que permitiría a Medah y su familia establecerse fuera del país después del asesinato.
«Jamás traicionaría al presidente»
En su declaración ante las autoridades, Moussa Medah estableció un contundente paralelo histórico. «Jamás traicionaría al presidente, como si lo hizo Blaise Compaoré con Thomas Sankara», afirmó el guardaespaldas, evocando el traumático asesinato del líder revolucionario burkinés en 1987, perpetrado durante un golpe liderado por quien fuera su amigo y compañero de armas.
El escolta reafirmó sus principios con palabras que reflejan una postura ética personal y política: «Prefiero vivir en la humildad diaria con mi familia pero con la conciencia limpia de haber servido al deber patriótico de mi país, y no al de intereses de otros países».
Contexto de inestabilidad regional
La denuncia de Medah ocurre en un momento crítico para Burkina Faso, donde el gobierno de Traoré enfrenta múltiples desafíos internos y presiones externas. El rechazo del soborno y la posterior denuncia ante la justicia burkinesa ponen en evidencia los intereses externos que buscan intervenir en la política nacional, un fenómeno recurrente en la región desde la época colonial.
Este intento frustrado de magnicidio plantea interrogantes sobre quiénes estarían detrás de la conspiración y cuáles serían sus motivaciones para eliminar al actual mandatario. La investigación judicial podría revelar conexiones con potencias extranjeras o grupos de interés opuestos al rumbo político actual del país africano.