Especialista de Unicef señala que norma aprobada por el Congreso limita el acceso a justicia restaurativa y podría generar condenas desproporcionadas para jóvenes.
El Congreso de la República aprobó en segunda votación un dictamen que declara imputables a adolescentes de 16 y 17 años por delitos graves, medida que ha generado críticas de organismos internacionales. Beatriz Gamarra, oficial de protección de Unicef, alertó que esta norma podría impedir que los jóvenes accedan a procesos de justicia restaurativa, fundamentales para su reinserción social. Además, cuestionó el argumento de impunidad que sustentaría la iniciativa, pues actualmente los adolescentes entre 14 y 17 años ya enfrentan responsabilidad penal en un sistema especializado.
¿Realmente aumenta la impunidad?
Gamarra destacó que, según datos del Ministerio Público, solo el 2% de las denuncias ingresadas al sistema corresponden a delitos cometidos por adolescentes, mientras que el 98% recae en adultos. «Se ha planteado que existe impunidad para los adolescentes, pero eso no es real. Desde los 14 años ya son imputables en un sistema penal especializado», explicó en declaraciones a Ampliación de Noticia de RPP. Sin embargo, la nueva norma extiende la responsabilidad penal hasta los 21 años y permite a los jueces imponer condenas de hasta 20 años, lo que significaría que un joven podría salir de prisión a los 36 años sin haber tenido acceso a mecanismos de rehabilitación.
Riesgo de condenas desproporcionadas
La especialista enfatizó que el sistema de justicia juvenil actual promueve la justicia restaurativa, que incluye trabajo con las víctimas y reparación del daño, elementos clave para evitar la reincidencia. «Esta ley restringe esos beneficios y podría generar sentencias extremadamente largas, sin abordar las causas que llevan a los jóvenes al delito», agregó. Pese a sus críticas, Gamarra reconoció un avance en otra medida aprobada por el Congreso: la sanción a quienes capten a menores para cometer delitos. «Unicef felicita esta iniciativa, pues muchos adolescentes son utilizados precisamente por su vulnerabilidad», señaló.
Finalmente, advirtió que criminalizar a los jóvenes sin atender los factores sociales que los rodean solo perpetuará los ciclos de violencia. «Los adolescentes involucrados en delitos suelen ser el eslabón más débil de redes criminales, no los principales responsables», concluyó, instando a priorizar políticas de prevención y reinserción antes que el endurecimiento punitivo.