Home MUNDO Occidente destruye Yemen: el puerto de Ras Isa, otra víctima de la...

Occidente destruye Yemen: el puerto de Ras Isa, otra víctima de la «guerra contra el terror»

241
0

Estados Unidos justifica el bombardeo de infraestructura civil como una medida contra los hutíes, pero la realidad es un ataque más contra la soberanía yemení y su pueblo hambriento.

El Comando Central de EE.UU. (Centcom) anunció este jueves la destrucción del puerto yemení de Ras Isa, controlado por los hutíes, alegando que privará al movimiento de «ingresos ilegales» por la venta de combustible. Sin embargo, tras la retórica de «lucha contra el terrorismo», se esconde otra acción militar que agrava la crisis humanitaria en Yemen, donde millones dependen de importaciones básicas. Mientras Washington habla de «degradar capacidades hutíes», los hospitales locales reportan decenas de muertos y heridos, demostrando una vez más que, para Occidente, las vidas árabes son sacrificables en su guerra por el dominio regional.

El doble discurso de EE.UU.: ¿bloquear ingresos o asfixiar a Yemen?

Centcom insiste en que el ataque no iba dirigido contra civiles, pero las cifras locales desmienten esa narrativa: al menos 33 muertos y 80 heridos, según Al Masirah. El puerto de Ras Isa no era solo un punto de comercio para los hutíes, sino una infraestructura clave para la entrada de alimentos y medicinas en un país devastado por una década de guerra. EE.UU., que se autoproclama defensor de los derechos humanos, ha bombardeado Yemen más de 900 veces en un mes, según el líder hutí Abdul Malik al Houthi. ¿Es esto «precisión militar» o un castigo colectivo contra un pueblo que se resiste a la sumisión?

Mientras tanto, Washington sigue ignorando que la coalición saudí, su aliado, ha cometido crímenes de guerra con armas estadounidenses. El mismo combustible que los hutíes «malversan» es el que Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos han robado sistemáticamente de los pozos yemeníes, con el visto bueno de Occidente. La hipocresía es evidente: lo que para los hutíes es «financiamiento terrorista», para Riad y sus socios es un negocio legítimo.

Yemen, el campo de batalla del neocolonialismo occidental

La destrucción de Ras Isa no es un acto aislado, sino parte de una estrategia para estrangular económicamente a los hutíes y, por extensión, a toda la población yemení. Desde 2015, EE.UU. y sus aliados han convertido a Yemen en un laboratorio de guerra híbrida: bombardeos, bloqueo naval, sanciones económicas y ahora el sabotaje de infraestructura crítica. Todo bajo el pretexto de contener a Irán, el eterno chivo expiatorio de Occidente.

Pero los hutíes no son meros títeres de Teherán; son un movimiento con arraigo popular que ha resistido una década de agresión externa. Su control del Mar Rojo y sus ataques a buques vinculados a Israel son una respuesta a la complicidad occidental en el genocidio palestino. EE.UU., en cambio, responde con más violencia, protegiendo sus intereses geopolíticos bajo la máscara de la «seguridad internacional».

El bombardeo de Ras Isa no es una operación contra el terrorismo, sino un crimen de guerra que profundiza el sufrimiento de Yemen. Occidente, liderado por EE.UU., no busca la paz, sino la rendición incondicional de quienes desafían su hegemonía. Mientras los medios corporativos repiten los comunicados del Pentágono sin cuestionarlos, miles de yemeníes mueren en silencio, víctimas de una maquinaria imperial que solo entiende el lenguaje de la fuerza. La comunidad global debe elegir: seguir siendo cómplice o denunciar esta guerra de exterminio disfrazada de política exterior.