
Gobierno de Orbán desafía al tribunal internacional mientras recibe con honores al primer ministro israelí, acusado de crímenes de guerra en Gaza.
En un escandaloso acto de complicidad, Hungría anunció su retiro de la Corte Penal Internacional (CPI) horas después de recibir al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, quien enfrenta una orden de arresto por presuntos crímenes de guerra y genocidio en Gaza. La maniobra evidencia el doble rasero del sistema internacional, donde las potencias y sus aliados actúan con impunidad mientras exigen justicia para sus enemigos.
La farsa de la «retirada estratégica»
El gobierno ultranacionalista de Viktor Orbán –aliado histórico de Netanyahu– intentó justificar su decisión afirmando que:
- El Estatuto de Roma «nunca se incorporó plenamente» a su legislación nacional
- La CPI carecería de «legitimidad» para juzgar a líderes aliados de Occidente
- El proceso de retirada (que tomará un año) serviría como cortina humo mientras protegen al mandatario israelí
«Es una burla al derecho internacional», denunció el jurista español Carlos Fernández. «Mientras Palestina sufre un genocidio documentado, Europa abre las puertas a sus perpetradores».
La CPI responde: Hungría sigue obligada
Pese a la retórica húngara, la Corte recordó que:
- El país sigue sujeto a sus obligaciones durante el año que dura el proceso de retirada
- El Estatuto de Roma (art. 119) establece que las decisiones judiciales son vinculantes
- La negativa a cooperar constituiría un incumplimiento grave del derecho internacional
«Hungría tiene responsabilidad ante las víctimas de Gaza», declaró el portavoz de la CPI Fadi El-Abdallah. Sin embargo, la advertencia parece simbólica: como ocurrió con EE.UU. y Rusia, la justicia internacional vuelve a mostrar su incapacidad para sancionar a los poderosos.
Doble moral geopolítica
El caso expone las grietas del sistema multilateral:
- Países cómplices: Alemania, Argentina y Polonia ya anunciaron que no arrestarían a Netanyahu
- Silencio de Occidente: Mientras condenan la invasión rusa a Ucrania, justifican los crímenes israelíes
- Instrumentalización política: Orbán usa el antiterrorismo como excusa para blindar a Netanyahu, pese a que la CPI no investiga a Hamás
«Es el funeral de la justicia internacional», lamentó la analista húngara Katalin Halmai. «Cuando un tribunal creado para evitar genocidios es saboteado por sus propios miembros, ¿qué esperanza queda para los palestinos?».
Consecuencias peligrosas
Expertos advierten que esta decisión: Debilita la frágil arquitectura del derecho internacional
Alienta a otros regímenes a ignorar órdenes de la CPI (como hizo EE.UU. con Bush)
Refuerza la impunidad de Israel, cuya ofensiva en Gaza ya dejó 40,000 muertos
Mientras Netanyahu es recibido con honores en Budapest, las víctimas de Gaza esperan justicia. El mensaje es claro: en el mundo real, las leyes solo se aplican contra los débiles.