Lideró los estrenos de la primera semana de marzo “Mickey 17” y la cinta animada “Kayara”
No hay duda que el terror es el género que más gusta y la cinta “TIBURON BLANCO: ATAQUE FINAL” se coronó como la preferida de los espectadores, liderando la taquilla de los estrenos de esta primera semana de marzo y dejando en segundo lugar a “Mickey 17” y la cinta animada “Kayara”.
“TIBURÓN BLANCO: ATAQUE FINAL”, es una sorprendente y emocionante película llena de suspenso que se desarrolla principalmente bajo el agua. Este largometraje de Star Films cuenta con la dirección del aclamado director sueco Joachim Hedén y con la presencia del reconocido actor británico Julian Sands, en su último papel antes de morir trágicamente en un acciden te.
La historia sigue a Noah (Jack Parr), un joven cazador de tesoros que ha dedicado su vida a localizar un buque de guerra estadounidense hundido durante la Segunda Guerra Mundial, y que finalmente lo encuentra en las aguas de las Islas Vírgenes Británicas, con la ayuda del capitán Levi (Julian Sands), dueño de una pequeña compañía de buceo en apuros financieros. La visita de un grupo de amigos, entre los que se encuentra un millonario tecnológico, le permitirá a Noah la posibilidad de salvar el negocio y financiar el salvamento a cambio de explorar los restos del barco con ellos.
Pero lo que comienza como una aventura prometedora rápidamente se convierte en una pesadilla cuando el grupo descubre en el momento en que los tanques de oxígeno de todos se están agotando que no están solos y están rodeados de tiburones gigantes. Desorientación, falta de oxígeno, miedo que se convierte en pánico: todo esto contribuye a esta experiencia tensa y claustrofóbica de “TIBURÓN BLANCO: ATAQUE FINAL”.
Este filme ofrece escenas de gran impacto visual realizadas bajo el agua en la que los tiburones rodean amenazantes y la sangre tiñe el entorno en un inquietante juego de luces. El trabajo de cinematografía submarina es uno de los aspectos más cuidados de esta cinta, que capturó eficazmente el peligro y la opresión que experimentan los personajes, maximizando el ambiente de naufragio a través de espacios de aire, oscuros corredores y estancias sumidas en las sombras.