El vehículo quedó suspendido en una peligrosa curva, pero los pasajeros salieron ilesos. Autoridades investigan si hubo falla mecánica o negligencia del conductor
Cincuenta pasajeros que se dirigían a la ciudad de Oxapampa en un bus interprovincial se salvaron de milagro luego de que la unidad de transporte quedara al borde de un precipicio.
El conductor del bus interprovincial de placa F4B-961 que pertenece a la empresa de Móvil Bus, habría perdido el control, quedando al borde del abismo.
Según los reportes preliminares, el conductor habría perdido el control del bus al tomar una curva cerrada en la zona de Carpapata, una carretera conocida por su complejidad y peligrosas pendientes. El autobús quedó con dos llantas suspendidas en el aire, al borde del abismo, lo que generó pánico entre los ocupantes que despertaron abruptamente debido al fuerte movimiento. Varios testigos relataron que gracias a la rápida reacción de algunos pasajeros, todos lograron evacuar la unidad antes de que pudiera ocurrir una tragedia mayor, aunque varios necesitaron asistencia debido a crisis nerviosas.
Personal de emergencia y la Policía Nacional del Perú (PNP) llegaron al lugar minutos después del accidente para auxiliar a los pasajeros y coordinar el retiro del bus de la peligrosa posición. Hasta el momento, las autoridades han iniciado las investigaciones correspondientes para determinar las causas exactas del accidente, evaluando si se trató de una falla mecánica o de una posible negligencia por parte del conductor.
El incidente en la ruta Tarma vuelve a poner bajo la lupa a la empresa Movil Bus, que recientemente fue protagonista de un fatídico accidente ocurrido el pasado 23 de noviembre de 2024 en la región San Martín. En esa ocasión, un autobús que transportaba estudiantes de los colegios San Jacinto de Vice (Sechura) y La Salle de Piura se despistó y cayó a un abismo cerca de Moyobamba.
La unidad, que circulaba por la carretera Fernando Belaúnde Terry, a la altura del sector Jerillo-El Triunfo, perdió el control en una curva cerrada y cayó a un abismo, provocando la muerte de 12 personas, entre ellas adolescentes, profesores y un niño de tan solo dos años. Además, decenas de pasajeros resultaron heridos de gravedad, lo que obligó a una operación de rescate coordinada entre autoridades regionales, el Ministerio de Defensa y el Ministerio del Interior.
Tras el accidente, se reveló que la unidad acumulaba tres infracciones previas por exceso de velocidad. Uno de los sobrevivientes, un estudiante, declaró que el conductor intentó realizar una maniobra temeraria al adelantar a una furgoneta mientras transitaba por una curva peligrosa. El riesgo de la maniobra, sumado a la falta de condiciones óptimas en la vía, habría sido la causa del despiste y la caída del vehículo.
