Por: Luis Ernesto Flores Reátegui
La reciente declaración del ministro de Agricultura, Ángel Manero Campos, en la que afirmó que “no cenar” lo colocaría en una situación de inseguridad alimentaria grave, resulta una burla a la dura realidad que enfrentan millones de peruanos. Sus palabras no solo minimizan la crisis, sino que representan una desconexión alarmante de la gravedad del problema.
El informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura – FAO es claro al señalar que una gran proporción de la población peruana se encuentra en algún nivel de inseguridad alimentaria, lo que va desde formas moderadas hasta severas. Sin embargo, el ministro ha optado por reducir la seriedad de este asunto a un comentario trivial, que ignora la desesperante situación de quienes realmente padecen hambre.
El MIDIS, por su parte, ha mantenido oculto un informe revelador que indica que el 51% de los peruanos viven en inseguridad alimentaria. Esta cifra coincide con las estimaciones de la FAO, dejando en evidencia esta crisis. En lugar de enfrentar esta realidad y buscar soluciones efectivas, el gobierno opta por ocultar la verdad y restarle importancia.
La comparación de Manero entre su elección personal de no cenar y la inseguridad alimentaria es una burla y un insulto a los millones de peruanos que luchan diariamente por acceder a alimentos básicos. Este tipo de declaraciones solo sirven para profundizar la brecha entre las autoridades y la población, demostrando su cinismo y una falta de empatía con los más vulnerables.
La mitad de la población sufre por la falta de alimentos y las declaraciones del ministro no solo son irresponsables, sino que revelan la ineficacia del gobierno izquierda para abordar esta crisis. Si el gobierno de Boluarte realmente desea ser parte de la solución, debe empezar por reconocer la magnitud del problema en lugar de negarlo o minimizarlo.
Es necesario que un ministro que se burla de la realidad nacional dé un paso al costado. No se puede permitir que las autoridades sigan ocultando la verdad o restándole importancia a un problema que afecta a millones de personas. ¡El hambre no puede esperar!