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Gestión de Dina Boluarte y la crisis de liderazgo

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*Marco Arrunátegui Zevallos

Cuando un mandatario asume el cargo tras unas elecciones, suele beneficiarse de un período de aceptación y apoyo conocido como “luna de miel”, que le permite cimentar su relación con la ciudadanía. Sin embargo, el caso de Dina Boluarte es atípico, ya que asumió la presidencia sin ser elegida en las urnas y en medio de acusaciones de usurpación, aunque un Congreso enfocado en sus intereses le otorgó legitimidad. A pesar de ello, el respaldo ciudadano va en declive, poniendo en riesgo su continuidad en el poder.
El filósofo Norberto Bobbio destacó la importancia del liderazgo para la gobernabilidad, ya que este asegura la estabilidad y el correcto funcionamiento del sistema de poder. Las iniciativas de Boluarte, como sus viajes al exterior promoviendo al Perú como destino de inversión, no han logrado resonar con la ciudadanía ni proyectar una imagen convincente internacionalmente. Estas acciones han tenido repercusiones negativas en su administración y plantean la necesidad de una revisión honesta de las políticas gubernamentales actuales.
Ignorar la realidad y crear una falsa percepción de seguridad y estabilidad es un error de visión política que puede llevar a la ceguera, especialmente ante el inminente anuncio de nuevas protestas sociales. Como Maquiavelo advirtió, la ausencia de un liderazgo claro puede desembocar en caos y desorden, una situación que los peruanos desean evitar tras haber experimentado una sucesión de siete presidentes en la última década.
El Perú se enfrenta a tiempos difíciles: la inversión privada se ha contraído, la economía afecta el día a día de las familias y la inseguridad se ha vuelto omnipresente, mientras que el Congreso elude su responsabilidad de supervisión, manteniendo un gobierno que ya no cuenta con el apoyo popular. Ante este panorama, la ausencia de un liderazgo efectivo que pueda enfrentar y resolver estos desafíos es alarmante. La pregunta es inevitable: ¿qué nos deparará el futuro cercano? ¿Estamos al borde de una crisis comparable a la que actualmente afronta Ecuador? Es imperativo contar con una dirección firme y competente para evitar repetir los errores del pasado y asegurar un rumbo estable para el país.

*Abogado y analista político

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