Cada año, la ciudad de Cusco se convierte en el epicentro de una de las festividades más importantes y coloridas de la región: el Inti Raymi, conocido como la Celebración del Sol. Este antiguo ritual incaico rinde homenaje al dios sol, Inti, y es una muestra viva de la rica cultura y tradiciones que perviven en el corazón de los Andes.
El Inti Raymi se lleva a cabo en la zona de Cusco, una ciudad ubicada en el sureste del país, a una altitud de aproximadamente 3,400 metros sobre el nivel del mar. Cusco, conocida como la antigua capital del Imperio Inca, es un lugar histórico y sagrado que atrae a visitantes de todo el mundo por su riqueza arqueológica y cultural.
Desde sus inicios, la fiesta del Inti Raymi se concibió como una temporada de celebración, gozo y algarabía. Los pobladores del incanato se unían en un festín de danzas y sacrificios al dios Sol, con una jornada que duraba aproximadamente quince días, según narra en sus escritos el célebre cronista Inca Garcilaso de la Vega.
Grandes expectativas por el inicio de la Fiesta del Sol
Desde las 4 de la mañana, el público se encuentra separando un espacio para ser participe del evento del Inti Raymi, desde Coricancha, en Cusco.
La ciudad imperial albergará a más de 3 mil turistas
La fiesta del Inti Raymi alcanza el 75% de venta de boletos para la escenificación del Inca Pachacútec y la Coya, según la Empresa Municipal de Festejos de Cusco (Emufec),
¿Qué es el Inti Raymi?
Es una ceremonia ancestral que rinde homenaje al dios Sol, una de las principales deidades incas. Durante el solsticio de invierno en el hemisferio sur, cada 24 de junio, miles de personas se congregan en la explanada de Sacsayhuamán, una impresionante fortaleza inca ubicada en las afueras de Cusco, para ser testigos de esta extraordinaria celebración.
Es un evento lleno de esplendor y simbolismo, que recrea las antiguas tradiciones incas. Vestidos con coloridos trajes, los participantes representan escenas de la vida cotidiana del imperio inca.
La procesión principal es encabezada por el Sapa Inca, el soberano inca, quien realiza ofrendas y oraciones al sol en agradecimiento por la abundancia y prosperidad.
La ceremonia comienza desde muy temprano, cuando los primeros rayos del Sol iluminan el horizonte. Los tambores y las flautas resuenan en el aire, acompañando los movimientos rítmicos de los bailarines. El Sapa Inca, junto con su séquito real, realiza una serie de rituales que incluyen la toma de la hoja de coca y las libaciones de chicha, una bebida sagrada hecha a base de maíz.
Estos actos buscan fortalecer el vínculo entre los seres humanos y los dioses, asegurando así la continuidad del ciclo vital.
Además de presenciar la ceremonia en Sacsayhuamán, hay numerosas actividades relacionadas con el festival que se llevan a cabo en la ciudad de Cusco durante varios días. Desfiles, música, danzas tradicionales y ferias de artesanías son solo algunas de las opciones disponibles para sumergirte por completo en la rica cultura inca.
Mientras exploras sus alrededores, asegúrate de visitar otros tesoros históricos como Machu Picchu, el Valle Sagrado y las impresionantes ruinas de Ollantaytambo. Estos lugares te permitirán adentrarte aún más en el fascinante mundo de los incas y comprender la grandeza de su civilización.
Es una experiencia única que te transportará en el tiempo y te sumergirá en la magia y el esplendor del antiguo imperio inca.
Desde la belleza de las vestimentas hasta la solemnidad de los rituales, cada momento de esta celebración te dejará maravillado y con una profunda apreciación por la rica historia y la cultura de Cusco.
Durante el Inti Raymi, los visitantes tienen la oportunidad de sumergirse en la rica cultura inca y presenciar un evento único que combina tradiciones, música, danzas y vestimentas autóctonas. Es un momento en el que Cusco se transforma en un crisol de colores y emociones, una celebración que conecta el pasado con el presente y nos permite apreciar la grandeza de una civilización ancestral.
La celebración del Inti Raymi es una prueba viva de que la cultura inca aún perdura en el corazón de Cusco y continúa fascinando a todos aquellos que tienen la suerte de presenciarla. Es un recordatorio de la importancia de preservar nuestras raíces y valorar la riqueza de nuestras tradiciones, mientras celebramos la diversidad y la magia que el mundo tiene para ofrecer.