Por: Jaime Herrera
Con mucha tristeza y desazón, me enteré que el presidente ejecutivo, y presidente del Consejo Directivo del Instituto de Radio y Televisión del Perú – IRTP, renunció al cargo, justo en un momento clave, en el que dentro de este Consejo nos disponíamos a culminar y aprobar las políticas comunicacionales del Instituto. La idea era enmarcar para los medios del IRTP (TV Perú, Radio nacional, Ipe, TV Perú Noticias y TV Perú Internacional) los principios con los que se deberían producir y difundir sus contenidos, y con ello nos referimos no sólo a los noticiosos.
“Es esencial que el IRTP sea un espacio de encuentro, diálogo y debate abierto, en el que se escuchen y se representen todas las voces de nuestra sociedad. Como institución debemos garantizar la independencia editorial, asegurando así que los ciudadanos puedan recibir una información veraz, imparcial y completa” señala en uno de sus párrafos la carta de renuncia de Jesús Solari, ahora expresidente del directorio del IRTP, lo que podría explicar las razones de su renuncia.
Dentro de las políticas comunicacionales, habíamos acordado se sitúen lineamientos como independencia, pluralidad, descentralización, rigurosidad, responsabilidad social, diversidad, entre otros, los que espero continúen en marcha, ya con otro presidente y otros consejeros.
Debo respetar la decisión de mis colegas consejeros de renunciar con él (Jesús Solari), pero mi decisión por el momento no ha sido esa, sino por el contrario quedarme para seguir desde el CD, con la propuesta de alcanzar los objetivos primordiales como el producir contenidos de calidad que nos muestren la diversidad cultural del país y sirvan como una ventana para llegar a los pueblos más alejados del país, en sus propias lenguas y con la información que ellos necesitan. La descentralización y la pluralidad en los contenidos.
Claro está que la renuncia de mis compañeros consejeros es una muestra de protesta, la que respaldo; pero también creo que la lucha se la da desde adentro, esperando que los próximos consejeros puedan tener esa misma visión y más allá de obedecer al gobierno de turno, sea cual fuere, mantengan el objetivo de hacer del IRTP, un verdadero instituto de “medios públicos”, del Estado y no de los gobiernos. Y con la esperanza que más temprano que tarde sus ejecutivos y consejeros sean elegidos en concurso público, por mérito y no por recomendación de los gobernantes de turno como lo planteó en un reciente artículo otro de sus expresidentes ejecutivos, Joseph Dáger.
Sólo con un concurso público el IRTP podrá tener mayor institucionalidad. La alta rotación de presidentes ejecutivos (tres en menos de un año) y, de consejeros y gerentes, es un impedimento para el logro de objetivos básicos.
Sin embargo, podría darse el caso que desde el gobierno me cesen, aunque no habría motivo (la designación es por dos años), pero a esta altura cualquier cosa se puede esperar.
Me quedo en el consejo directivo, porque además tengo la esperanza que desde allí se escuche la voz de las regiones distintas a la capital, pues yo, también fui corresponsal de Tv Perú, y sé lo que significa trabajar desde una “provincia” sin la logística ni las facilidades necesarias para llevar lo que pasa y necesitan nuestras regiones, y que en verdad el canal de los peruanos sea verdaderamente Tv Perú y no TV Lima.