Este sábado, Japón conmemoró el duodécimo aniversario del devastador triple desastre del 11 de marzo de 2011. Un terremoto de magnitud 9.0 sacudió todo el archipiélago y provocó un tsunami cuyas gigantescas olas cayeron sobre la región, causando la muerte o desaparición de casi 18,500 personas. Además, el tsunami desató la catástrofe nuclear de Fukushima, donde los núcleos de tres de los seis reactores se fundieron, dejando a unas 165,000 personas evacuadas y localidades enteras inhabitables durante años.
Como cada año, se observó un minuto de silencio en el país a las 2:46 p.m. En este día, imágenes de televisión mostraron a personas que perdieron a sus seres queridos por el tsunami poniendo flores, ofreciendo oraciones y haciendo una reverencia frente a las tumbas. Fumiko Sugawara, de 73 años, pidió que se cuiden de ellos: «Estamos sobreviviendo, así que por favor velen por nosotros», dijo ante la tumba de los miembros de su familia, incluido su marido, según la cadena pública NHK.
El acceso a más de 1,650 km2 del departamento de Fukushima quedó prohibido en los meses siguientes a la catástrofe. Sin embargo, intensos trabajos de descontaminación permitieron reducir estas zonas inhabitables a 337 km2 (2,4 % del departamento). Se prevé que los trabajos de descontaminación y desmantelamiento de la central durarán varios decenios. La justicia japonesa confirmó en enero la absolución de tres exdirigentes de Tepco, el operador de la central nuclear, quienes habían sido acusados penalmente de negligencia en el accidente de 2011.
El aniversario es una oportunidad para recordar la magnitud del desastre y honrar a las víctimas, así como reflexionar sobre la seguridad nuclear y el riesgo sísmico en Japón. El país ha implementado medidas de seguridad más estrictas y ha mejorado los sistemas de alerta temprana, pero los desafíos persisten en una región propensa a los desastres naturales.