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Dina respira: Elección de Jeri permitirá calma al último año del gobierno de Boluarte

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Candidato de la alianza que sostiene al gobierno de Boluarte gana la mesa directiva del Congreso
 Nuevo presidente del Congreso tendrá que aclarar varias denuncias pendientes en fiscalía

En una nueva maniobra parlamentaria para sostener el control del poder, el Pleno del Congreso eligió este sábado a José Jeri Oré, congresista de Somos Perú, como nuevo presidente del Parlamento
para el período 2025-2026. Su elección, producto de negociaciones tras bambalinas entre bancadas de derecha, centro y no agrupados, se presenta como un giro hacia la “moderación”, pero no disipa los cuestionamientos sobre la real independencia del Legislativo frente a intereses fácticos.
La fórmula encabezada por Jeri obtuvo una mayoría ajustada, superando a opciones más confrontacionales. Sin embargo, más allá de las apariencias, diversos analistas advierten que su presidencia podría mantener intacto el esquema de blindajes, repartijas y obstrucción que ha caracterizado al actual Congreso.
Un rostro nuevo para el mismo Congreso José Jeri, abogado de bajo perfil y parlamentario por Lima, ha cultivado una imagen técnica desde su participación en la Comisión de Constitución. Sin embargo, su ascenso a la presidencia del Congreso no responde tanto a un liderazgo ciudadano como al respaldo de alianzas parlamentarias construidas para evitar cualquier reforma real y mantener el status quo.
Somos Perú, su partido, se ha caracterizado por su ambigüedad política y su habilidad para negociar espacios en distintas coyunturas. Jeri representa precisamente esa lógica: un perfil aparentemente dialogante, pero funcional a los intereses de quienes manejan el Congreso como cuota de poder.
La alianza del continuismo

La elección de Jeri ha sido posible gracias al respaldo de bancadas que hasta hace poco se acusaban mutuamente de corrupción y obstrucción, pero que hoy se unen en defensa de sus privilegios. Entre sus aliados figuran representantes de Renovación Popular, APP, Avanza País y sectores del fujimorismo, todos con intereses concretos en evitar avances en materia de reforma política,
lucha anticorrupción y control parlamentario. Según fuentes del Congreso, uno de los compromisos no escritos que sellaron esta elección fue la protección de parlamentarios investigados, así como el control de comisiones clave, como Fiscalización y Constitución.
Lo que está en juego
El Congreso bajo la presidencia de Jeri enfrenta retos urgentes, pero también una oportunidad para cambiar el rumbo. Temas como la reforma del sistema electoral, la reactivación económica con enfoque social, el control de la inseguridad ciudadana y la lucha contra la corrupción demandan respuestas claras.
Sin embargo, la legitimidad del nuevo presidente está condicionada por los pactos que lo llevaron al poder, y por tanto, la expectativa de cambios reales es baja. En su primer mensaje, Jeri afirmó que buscará “devolver la credibilidad al Congreso”, aunque evitó pronunciarse sobre temas clave como el adelanto de elecciones o la reforma del sistema de justicia, que diversos sectores sociales siguen demandando.
¿Qué significa su elección
para el Ejecutivo?
Aunque Dina Boluarte aún no se ha pronunciado oficialmente sobre la elección de Jeri, en Palacio de Gobierno se respira cierto alivio. El nuevo titular del Congreso no pertenece al ala más beligerante, y podría facilitar un clima de menor confrontación pública. Pero también podría convertirse en un operador silencioso de obstrucción si el Ejecutivo pretende impulsar reformas que incomoden al bloque de poder parlamentario.
En otras palabras, la llegada de Jeri podría significar una paz negociada entre el Congreso y el Gobierno, más orientada a sobrevivir políticamente que a resolver los problemas del país.

La calle sigue esperando cambios
Mientras tanto, la ciudadanía mantiene una postura crítica. El Congreso sigue siendo una de las instituciones con mayor desaprobación en el país, y la elección de una nueva Mesa Directiva no parece suficiente para recuperar la confianza ciudadana. Organizaciones socialesy colectivos ciudadanos han advertido que seguirán movilizándose si no hay señales claras de renovación real en la política peruana. Para ellos, José Jeri no representa un cambio, sino una continuidad con rostro más amable. “Puede haber cambiado el rostro, pero el fondo sigue siendo el mismo: pactos de poder, reparto de comisiones y nulo compromiso con el país profundo”, declaró a este diario un dirigente de la Confederación Nacional de Trabajadores del Perú (CGTP). Un Congreso sin brújula ni legitimidad La presidencia de José Jeri se inicia sin mayor respaldo ciudadano ni mandato claro.
Sus decisiones en los próximos meses revelarán si opta por encabezar una verdadera transición hacia un Congreso más representativo, o si solo será una pieza más en el tablero de intereses que controlan el Parlamento desde hace años. El país, sin embargo, ya no tiene paciencia ni tiempo que perder.