Por: Gerardo Sosaya (**)
Por fin, dos grandes del fútbol peruano nos dan razones para soñar. Alianza Lima y Universitario de Deportes están demostrando, con actuaciones sólidas y resultados históricos, que cuando se planifica, se invierte bien y se trabaja con visión institucional, el fútbol peruano puede competir de igual a igual a nivel internacional. No es casualidad: es consecuencia.
Lo de Alianza es épico. Eliminar a Gremio en Porto Alegre, con un hombre menos, y luego cerrar la serie con un gol agónico de Barcos, es una página que quedará marcada para siempre en los libros íntimos. Pero también es un mensaje claro: este equipo se preparó. Con la llegada de Sergio Peña, el liderazgo de Barcos, el temple de Vizcarra y una defensa consolidada, el equipo de Néstor Gorosito no solo ha mejorado en lo futbolístico, también en lo emocional y estratégico.
Universitario, por su parte, ha sabido leer la competencia internacional con inteligencia. Su participación en la Copa Libertadores no ha sido testimonial: ha sido competitiva. Más allá de los resultados, la «U» ha mostrado orden, hambre de gloria y una identidad reconocible. Hay mérito en su comando técnico, en su directiva y en los jugadores que, con entrega, han dignificado la camiseta crema.
Estos dos clubes han roto con el conformismo que ha caracterizado al fútbol nacional en las últimas décadas. Han apostado por procesos, por refuerzos pensados y por entrenadores con experiencia. Y eso marca una diferencia. Porque el talento peruano existe, pero solo florece cuando se le rodea de profesionalismo y estructura.
Lo que está consiguiendo Alianza en la Sudamericana y lo que ha hecho Universitario en Libertadores es más que un logro puntual: es una señal de que se puede. De que dejar atrás los escándalos dirigenciales, la improvisación y el cortoplacismo es el único camino posible si queremos volver a ser protagonistas en Sudamérica.
Hoy, el hincha peruano tiene motivos para ilusionarse. Porque ve a sus equipos jugar sin complejos, con coraje, y obteniendo respeto fuera de casa. Porque después de tantos años de frustraciones, se respira profesionalismo. Y porque cuando se trabaja con seriedad, los objetivos dejan de ser utopías.
Que esto no sea un pico aislado, sino el inicio de una nueva era. El fútbol peruano merece dejar de sobrevivir en lo internacional y empezar a competir con la cabeza en alto. Alianza y la «U» están marcando el camino. Lo que falta es que los demás lo sigan. Foto: Faceboook.
(¨) Ex director del diario Líbero y Todo Sport, director de la revista El Gráfico Perú y director creador de Ovación.pe.