La actriz Stephanie Cayo generó polémica al elogiar el aeropuerto Jorge Chávez y criticar a quienes lo cuestionan por “culpa del hígado”.
Stephanie Cayo desató una ola de críticas tras publicar un video elogiando el nuevo aeropuerto Jorge Chávez. La actriz no solo defendió la infraestructura, sino que también responsabilizó a la mala alimentación de los peruanos por su actitud crítica. Afirmó que el país ha recibido “un aeropuerto de primera clase” y que “el hígado” es el culpable de las constantes quejas. Lejos de retractarse, redobló su postura en redes sociales, atribuyendo la negatividad colectiva a una dieta deficiente y resaltando los beneficios de una alimentación saludable.
“Esto parece Europa”
La actriz y modelo peruana Stephanie Cayo encendió las redes sociales con un video grabado en el nuevo terminal del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, inaugurado el 1 de junio. “Esto no es publicidad, pero ya que estoy aquí lo voy a decir: este aeropuerto de Lima está espectacular”, señaló. A continuación, añadió: “Esto parece Europa”.
Pero su comentario más polémico vino después. Cayo criticó abiertamente a quienes reclaman por las fallas del nuevo terminal. “Yo sé que el peruano siempre se queja. Esa es una muy mala costumbre”, sostuvo en un live de Instagram. “Yo le echo la culpa al hígado (…) es por la azúcar, la mala alimentación, el pan, el alcohol. Muchas cosas que hacen que el hígado se ponga así y uno se queja, se queda y se queja. Carbohidratos, ese es el problema”.
Para la exactriz de Travesuras del Corazón y Besos robados, los peruanos deberían agradecer la obra. “Me parece que han hecho un gran trabajo y hay que estar agradecidos. Nos han regalado a los peruanos un aeropuerto de primera clase”, concluyó.
“Una realidad alterada”
Sus declaraciones encontraron respaldo y rechazo inmediato en redes. Algunos usuarios coincidieron con su visión positiva, mientras otros la cuestionaron duramente por desconocer los problemas reportados por miles de pasajeros: cancelación de vuelos, largas colas y dificultades de acceso si no se tiene auto particular.
Comentarios como “Ella vive en España, es comprensible que esté desconectada”, o “Tiene una realidad alterada al decir que ‘nos regalaron’ un aeropuerto”, circularon junto a otros que la defendían: “Ella dijo la verdad” o “Todo se quejan”.
Las críticas también apuntaron a lo que muchos interpretaron como burla: el comentario sobre el “hígado desequilibrado” fue considerado ofensivo e insensible frente al malestar generalizado por una obra cuestionada en su funcionamiento.
“Todo es la comida”
Lejos de moderar su discurso, Stephanie Cayo volvió a publicar contenido defendiendo su posición. “¿Quieren pensamientos más positivos? ¿Más alegres? ¿El cuerpo más liviano? (…) Todo es la comida”, escribió en sus historias. Aseguró que su buen ánimo se debe a la dieta que lleva: “El ejercicio también, por supuesto, pero antes que el ejercicio es la comida”.
Citó incluso a una nutricionista para reforzar su punto: “La comida, los vegetales son TODO. Especialmente si te gusta el alcohol. Al pan, a las harinas… te inflamas por dentro. Te bajan las defensas y demás”.
Según Cayo, el estado físico y emocional de las personas depende directamente de su alimentación. “Vean cómo se sienten cuando comen muchos carbohidratos o azúcar. El cuerpo se siente inflamado, lento, pesado. Luego vienen los pensamientos con lo mismo”, sostuvo.
Una polémica con trasfondo
La actriz cerró su intervención con una reflexión de tono poético sobre la introspección y la empatía. “¿Y si la guerra no está en el afuera, sino en el alma que todo espera?”, escribió.
Pero su postura reabrió un debate mayor: ¿cuánto pesa la opinión de las figuras públicas sobre temas que afectan directamente a las mayorías? ¿Dónde queda el límite entre una experiencia individual privilegiada y la experiencia cotidiana de miles de usuarios insatisfechos con un servicio público?
La discusión no es solo sobre un aeropuerto. Es sobre qué voces tienen espacio en el debate público y quiénes hablan por el país desde una torre de cristal.