Los gobiernos de Perú y Ecuador firmaron una hoja de ruta para la gestión sostenible de la cuenca transfronteriza, mientras la mandataria peruana asistió a la toma de mando de Daniel Noboa.
Perú y Ecuador sellan compromiso ambiental en frontera común
Perú y Ecuador firmaron este sábado una hoja de ruta para recuperar la cuenca transfronteriza Puyango-Tumbes, durante la visita de la presidenta Dina Boluarte a Quito. El acuerdo busca impulsar el desarrollo sostenible en la zona, con énfasis en la gestión de recursos hídricos y la minería responsable. La mandataria peruana participó en la ceremonia de investidura del presidente ecuatoriano Daniel Noboa, en un encuentro que ambos gobiernos calificaron como clave para las relaciones bilaterales.
Un plan para la cuenca compartida
La Cancillería peruana informó que el acuerdo responde a un «compromiso firme hacia el desarrollo sostenible en la frontera». Los ministros de Relaciones Exteriores de ambos países suscribieron el documento, que establece acciones concretas para enfrentar los desafíos ambientales en la cuenca. «Ambos países reafirman así la recuperación de dicha cuenca en favor del bienestar de sus poblaciones, especialmente aquellas que habitan en la zona de frontera», señaló el ministerio.
El canciller peruano, Elmer Schialer, destacó la urgencia de implementar el plan para lograr resultados tangibles. Entre los objetivos prioritarios figuran la mejora de la calidad del agua y la promoción de una minería con menor impacto ambiental. La cuenca Puyango-Tumbes ha enfrentado problemas históricos de contaminación, afectando a comunidades de ambos lados de la frontera.
Boluarte en la toma de mando de Noboa
La presidenta Boluarte asistió a la ceremonia de posesión de Noboa en la Asamblea Nacional de Ecuador. La Presidencia peruana difundió imágenes del encuentro, subrayando su importancia para las relaciones binacionales. «El encuentro entre la jefa de Estado del Perú y su homólogo en Ecuador es clave para las relaciones bilaterales», indicó el comunicado oficial.
El viaje de Boluarte a Quito reforzó la agenda común entre ambos países, que comparten no solo desafíos ambientales, sino también temas migratorios y comerciales. La firma de la hoja de ruta marca un paso más en la cooperación fronteriza, aunque su éxito dependerá de la ejecución concreta de las medidas acordadas.