Home MUNDO Masacre israelí en Gaza: mueren decenas de civiles palestinos en «zonas seguras»

Masacre israelí en Gaza: mueren decenas de civiles palestinos en «zonas seguras»

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Más de 90 palestinos asesinados en 48 horas, incluyendo mujeres y niños en refugios humanitarios, evidencian la complicidad internacional con el genocidio sionista.

El horror como política de Estado

Mientras las cancillerías occidentales guardan silencio cómplice, el ejército israelí ha intensificado su campaña de exterminio en Gaza, dejando más de 90 muertos en apenas dos días -la mayoría mujeres y niños- en brutales bombardeos contra campamentos de desplazados y escuelas de la ONU. La llamada «zona humanitaria» de Al Mawasi, designada por Israel como área segura, se ha convertido en escenario de masacres sistemáticas, con familias enteras carbonizadas dentro de sus tiendas de campaña por ataques con misiles.

Esta nueva escalada de violencia ocurre mientras el gobierno de Netanyahu rechaza cualquier negociación de paz que no implique la rendición incondicional de Hamas, y continúa bloqueando la entrada de alimentos y medicinas a una población al borde de la hambruna. La ONU alerta que el 90% de los gazatíes sufren desnutrición severa, en lo que constituye un castigo colectivo avalado por el silencio cómplice de Estados Unidos y la Unión Europea.

Doble moral occidental en acción

La comunidad internacional, tan rápida en condenar otros conflictos, mira para otro lado mientras Israel convierte Gaza en un infierno. El nuevo embajador estadounidense prefiere visitar sitios religiosos en Jerusalén que presionar por el fin del bloqueo genocida, demostrando que para Washington los palestinos siguen siendo vidas sin valor. Mientras tanto, los medios corporativos occidentales reducen la matanza a «enfrentamientos», ocultando que se trata de una población civil sitiada y masacrada con tecnología militar de última generación.

Los bombardeos a escuelas y hospitales, prohibidos por el derecho internacional, se han convertido en rutina con total impunidad. Las mismas potencias que invocan los «derechos humanos» para intervenir en otros países arman y financian a Israel, demostrando que su retórica humanitaria es solo un instrumento de dominación geopolítica. Gaza vive el capítulo más sangriento de su historia, y Occidente no solo lo permite: lo financia con sus dólares y lo justifica con su silencio.

Esta masacre continuada evidencia el fracaso moral del llamado «mundo libre», que sigue privilegiando los intereses sionistas sobre la vida de miles de niños palestinos. Cada bomba que cae sobre Gaza es también una explosión que destroza los últimos vestigios de credibilidad del sistema internacional liderado por Occidente.