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Joven queda en muerte cerebral tras recibir suero mortal de Medifarma en clínica Sanna

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Alejandra Landers (26) llegó por una gripe y terminó con daño cerebral irreversible debido al suero asesino de Mifarma. Familia denuncia a clínica y laboratorio por negligencia grave.

Una joven arquitecta de 26 años se encuentra en muerte cerebral tras recibir un suero asesino en la clínica Sanna de San Borja. Alejandra Landers Carpio acudió el 18 de marzo por un cuadro gripal, pero la administración de un medicamento contaminado del laboratorio Medifarma cambió todo.

Su familia presentó hoy una denuncia formal contra los responsables por lo que califican como «negligencia criminal».

Los hechos que conmueven al país

Todo comenzó como una consulta médica rutinaria. Alejandra, profesional joven y saludable, buscaba alivio para sus síntomas gripales. Sin embargo, tras la aplicación del suero fabricado por Medifarma, su condición se deterioró rápidamente. Los médicos de Sanna declararon posteriormente que la paciente sufrió un daño cerebral irreversible.

El caso ya está en manos del Primer Despacho de la Fiscalía Corporativa Penal de San Borja, a cargo de la fiscal Janet Bernal. La denuncia incluye cargos por lesiones culposas agravadas y exposición o abandono peligroso, aunque la familia no descarta que se reclasifique como homicidio culposo agravado.

Los responsables denunciados

La demanda judicial apunta directamente a los máximos representantes de la clínica Sanna: Francisco Feliu Gutiérrez (gerente general de Sanna San Borja) y José Portugal (director médico). También incluye al personal médico y administrativo que atendió a Alejandra aquellos fatídicos días 18 y 19 de marzo.

Del lado del laboratorio Medifarma, la denuncia alcanza a Luis Rengifo Moy, gerente general de Medifarma, empresa que ya enfrenta serias preguntas sobre sus protocolos de control de calidad.

La fiscalía investigará a «todos los que resulten responsables» en lo que parece ser un caso de falla sistémica.

El dolor de una madre

Eliana Carpio, madre de Alejandra, no puede ocultar su indignación: «Estoy segura de que si la hubieran auxiliado a tiempo estaría con vida». Sus declaraciones reflejan el sentir de una familia destrozada que busca justicia.

Este caso reabre el debate sobre los estándares de calidad en clínicas privadas y laboratorios farmacéuticos. Mientras la investigación avanza, quedan preguntas clave: ¿Cómo llegó un medicamento defectuoso a aplicarse? ¿Hubo demora en la atención de emergencia? Las respuestas podrían exponer graves fallas en nuestro sistema de salud.

La familia Landers Carpio exige justicia completa. No solo buscan responsabilidades penales, sino evitar que tragedias como esta se repitan. El caso de Alejandra se ha convertido en símbolo de la lucha contra la negligencia médica y empresarial y revela cómo le pueblo trabajador está a merced del mercado y su Dios: el gran capital.