EN OTRO LENGUAJE
Consultor de contenidos y analista político – @jaimeasian
JAIME ASIÁN DOMÍNGUEZ.
Por default, o sea, por defecto o un mero recordaris, a estas alturas de la campaña presidencial 2026, Keiko Fujimori siempre va a figurar en la fotografía de las encuestadoras, como acaba de ocurrir con el último sondeo de Ipsos, que ubica a la lideresa de Fuerza Popular en primer lugar (12%), seguida de Rafael López Aliaga (4%) y Carlos Álvarez (4%). Y, claro, el uso de la tarjera en el estudio de campo favorece a las caras conocidas en medio de un espectro de propuestas en ciernes y discursos por destapar.
A nuestro entender, comandar la tabla de posiciones en este momento no le hace nada bien a la tres veces derrotada candidata naranja toda vez que ha demostrado no tener el fuste necesario (o ‘asesino’, si lo prefieren) en el último tramo de la contienda. Con el agregado de que primará una polarización del voto sin precedentes, situación que ya se advierte en ese 30% de blanco/ viciado/ninguno y 14% de ‘no precisa’. Lamentablemente para ella, las elecciones no son mañana y tendrá que luchar con sus propios demonios.
‘Cualquiera quiere ser presidente’ se escucha recurrentemente en las calles al repasar la parrilla de eventuales postulantes. Lo real es que, así como están las cosas, ante la defección de la clase política dominante, cualquiera puede llegar a Palacio de Gobierno. El secreto que marcará la diferencia estará en tocar, con resolución y convencimiento, un problema que nos ha malogrado la vida: la criminalidad a todo nivel. Y cuidado que ese mandatario(a) de la urgencia bien puede ser de derecha, centroderecha o la izquierda misma.
Muchos se preguntarán: ¿Y la corrupción? Ahí queríamos llegar. La otra frase que debe dejar de ser un lugar común para convertirse en un teorema en el lenguaje del próximo jefe del Estado es ‘guerra total a la corrupción”. Se ha vuelto un deporte nacional que los expresidentes desfilen por los tribunales y la cárcel y la gente ya está harta de tanta sinvergüencería. El país no aguantará cinco años más de plagas como el robo al erario nacional y el crimen organizado dándose la mano con la delincuencia común. Necesitamos un líder que marque el punto de quiebre. ¿O es mucho pedir? El próximo presidente del Perú.
“Comandar la tabla de posiciones en este momento no le hace nada bien a la tres veces derrotada candidata naranja…”.