• Estudiantes fueron premiados al quedar en el segundo puesto en el concurso “Los rostros de la experiencia» de Pensión 65.
Los adultos mayores son fuentes de experiencia, talento y esfuerzo en cada rincón del país. Bajo esa premisa, los alumnos de la I.E. Pedro Ruiz Gallo inmortalizaron a Marcial Paiconcial, fundador de la «Banda de Eten»; y Catalina Velásquez, la tejedora de sombreros más longeva de la localidad; en un gran mural dentro de su centro educativo, que les hizo acreedores del segundo puesto de la categoría 1 del concurso “Los rostros de la experiencia” de Pensión 65.
El equipo de alumnos estuvo conformado por Heidy Chafloque, Milton Reque, Carmen Ángeles, Rosmery Reyes, Haydi Reque, y Junior Ruiz. “Tuvimos la iniciativa de dejar un legado en nuestro colegio, así como lo dejaron los señores Marcial y Catalina en Eten. Trabajamos mucho para que esta expresión artística esté a la altura del aporte de los adultos mayores”, comentó Heidy.
Alexandro Saco, coordinador técnico del programa Pensión 65, resaltó «la habilidad de los jóvenes para transmitir la importancia y el valor de los adultos mayores, en una obra de arte».
La actividad contó con la participación César Paredes, director de la institución educativa; Luis Lumbre, gerente municipal de Eten; Carlos Velasquez, regidor municipal; Juan Carlos Ñañaque, artista plástico y jurado del concurso de murales; y Jhony Heredia, jefe de la Unidad Territorial de Pensión 65 en Lambayeque.
Rostros de Eten
En el 2013, Marcial Paiconcial fundó la “Banda de Eten” con 6 integrantes. Con una extraordinaria dedicación, logró que la agrupación se presente en diversas actividades de Lambayeque y otras regiones del país, al punto que fue condecorado en Lima. El veterano músico falleció durante la pandemia por la covid-19, pero su legado continuó en sus compañeros, como Marcelino Chancafe. Ahora, son 14 talentos bajo la dirección de Luciano Velásquez (77) y Luciano Cumpa (80).
Mientras que Catalina Velásquez es recordada como la tejedora más longeva de Lambayeque. Ella empezó en este arte desde los 8 años, cuando su madre le enseñó los secretos de los sombreros y la forma que se debe usar la paja de palma o macora, una tradición en su localidad.
Ambos adultos mayores fueron usuarios de Pensión 65 y ahora quedaron inmortalizados no solo en el mural de la I.E. Pedro Ruiz Gallo, sino en los corazones de todos los chiclayanos.