Huancavelica, Tacna y Moquegua son algunos de los departamentos con distritos en riesgo.
El Poder Ejecutivo ha anunciado la declaración del estado de emergencia en un total de 66 distritos repartidos entre diversas regiones del país debido a los graves daños provocados por intensas lluvias. Dicha medida, además, tiene el objetivo de brindar una respuesta gubernamental más ágil frente a los perjuicios causados por las precipitaciones torrenciales en estas localidades.
En medio de este panorama, el Gobierno peruano optó por instaurar una declaratoria de emergencia en distintas jurisdicciones del país, medida formalizada a través del Decreto Supremo N.º 027-2024-PCM. La resolución fue también publicada el último jueves 14 de marzo en una edición extraordinaria del Diario Oficial El Peruano.
Los distritos afectados se encuentran dentro de las regiones de Áncash, Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Huancavelica, Huánuco, Junín, La Libertad, Lima, Moquegua, Puno, San Martín y Tacna. A continuación el detalle y la mención de cada uno de ellos:
Huancavelica: Andabamba, Pomacocha, Lircay, San Antonio de Antaparco, Santo Tomás de Pata, Chupamarca, Mollepampa, Pachamarca, Huachocolpa, Yauli, Ayavi, San Francisco de Sangayaico, Tambo y Pichos.
Huánuco: Jircan, Janjaillo, Julcán, Llocllapampa, Molinos, Río Tambo y Chacapalpa.
La Libertad: Huayo y Marcabal.
Lima: Allauca, Tauripampa y Tomás.
Moquegua: Lloque, Omate, Puquina y El Algarrobal.
Puno: San Anton.
San Martín: Huallaga, El Povernir y Uchiza.
Tacna: Candarave, Curibaya, Quilahuani, Estique, Héroes Albarracín y Sitajara.
El Gobierno ha declarado el estado de emergencia por un periodo de 60 días, con el objetivo de implementar medidas excepcionales y necesarias para responder y rehabilitar frente al impacto que podría tener las intensas lluvias.
Esta decisión permite la activación inmediata de acciones destinadas a la recuperación y asistencia en áreas afectadas, garantizando una respuesta efectiva a las circunstancias actuales que requieren atención urgente.
La razón detrás de esta medida preventiva es la urgente necesidad de prepararse ante eventos climáticos extremos, que históricamente han causado inundaciones, deslaves, y otros desastres, los cuales ponen en riesgo la vida y los medios de subsistencia de muchas personas.