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Micromachismo invisible: Un Análisis Profundo sobre las Dinámicas de Género

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Cosmovisión Psicológica
Por: Adriana Isabel Gutiérrez Oblitas, Psicóloga, egresada de la Maestría en Problemas de Aprendizaje UNE

Los Micromachismos (mM) se manifiestan como actitudes sexistas, infligiendo daño a nuestra sociedad al posicionar a la mujer en un nivel inferior al del hombre.
En pleno siglo veintiuno, a pesar de los avances tecnológicos, persisten comportamientos dominantes y desiguales que, en muchas ocasiones, pasan desapercibidos para las mujeres, normalizándose en la cotidianidad. Luis Bonnino, pionero en este término, define el micromachismo como «una forma solapada de violencia de género que incluye estrategias, gestos y actos de la vida cotidiana, sutiles pero perpetuos, transmitidos de generación en generación» (Clacso).
Estos micromachismos se manifiestan en todos los ámbitos: hogar, trabajo y sociedad. Su presencia es más evidente en géneros musicales como el reggaeton y ciertas canciones de antaño, vallenatos, valses, etc. Canciones que, aunque se bailan y cantan con sonrisas, denigran descaradamente a la mujer, perpetuando la microviolencia. La música, como portadora de cultura, no debe tolerar espacios para la denigración. ¡Nos hace daño!
Cuando una mujer alcanza el éxito, la reacción mayoritaria de muchos hombres y algunas mujeres es la dificultad para aceptarlo. Resulta casi imposible que se reconozca el talento innato de una mujer sin que se minimice la situación con comentarios micromachistas, como acusaciones de copiar tareas, soplar exámenes a la profesora, entre otros. En lugar de aceptar que las habilidades son intrínsecas a cada ser humano, se recurre a expresiones micromachistas vergonzosas, como «los varones no lloran», «los varones trabajan, no cocinan», «no existen amigos varones», «ya se te pasó el tren, te vas a quedar solterón o solterona», etc. Estos micromachismos no contribuyen al desarrollo de una sociedad, sino que intimidan y socavan la autoestima. ¡Cuidado!

¿Qué hacemos? En primer lugar, dejemos de escuchar esa música pegajosa que vulnera a la mujer. Rechacemos sin temor los comentarios micromachistas para evitar su perpetuación en nuestro entorno y expulsemos a los micromachistas, ya sean mujeres u hombres, cerrando el espacio para que desaprendan. Recordemos que, tanto hombres como mujeres, merecemos respeto.

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