EN OTRO LENGUAJE
Consultor de contenidos y analista político – @jaimeasian
JAIME ASIÁN DOMÍNGUEZ

No soy hincha de la U. Tampoco de Alianza Lima. Es más, creo que un periodista debe guardar con celo sus simpatías futboleras. Y si de pergaminos se trata, Cienciano del Cusco lleva la delantera. El ‘Papá’ levantó la Sudamericana en 2003 y la Recopa, en 2004: dos títulos internacionales que no son poca cosa.
Dicho esto, debo reconocer que Universitario de Deportes es dueño del mayor fervor popular, más allá del marcador o del trofeo pendiente. Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura, lo dijo bien: “La U es mucho más que un club de fútbol, es un mito, una leyenda, una tradición… es una de las expresiones más fraternas que tiene el Perú”.
En términos más terrenales, la U es la U, como ha apostillado para la historia el ‘Puma’ José Luis Carranza. Una filosofía con nervio, con corazón, con calle, con amor eterno; con garra. Una descripción en seco y certera, tan efectiva como las ‘carretillas’ con las que el capitán quitaba balones en el mediocampo.
Ciertamente, no solo el escritor universal -y ex de la oportunista Isabel Preyslerhinchaba por el cuadro crema. Su verdadero sostén ha sido, y es, la multitud anónima en ebullición de Juan Pérez y Quispes y Mamanis que en cada partido camina hacia el templo Monumental -como antes lo hacía rumbo al Lolo Fernández- o viaja hasta el culo del mundo para verlo jugar. Resulta difícil permanecer impasible (aunque se intente la neutralidad) ante esa voz colectiva que ruge como un solo cuerpo, una sola fe, cuando la U entra al campo de juego. Esa es la diferencia entre un club y un sentimiento: el primero se sigue; el segundo se vive. Allí se refrenda la existencia de esa enorme comunidad que se reconoce al gritar: ‘Y dale U’.
Lo ocurrido ayer en Tarma fue una muestra más de esa fidelidad merengue. Porque no se trata solo de fútbol, también de identidad, de una pertenencia que se hereda y se defiende sin condiciones. Y mientras la Trinchera mantenga viva esa devoción inquebrantable, el mito del que hablaba Vargas Llosa seguirá creciendo. Si a eso le suman tricampeonatos locales y trascendencia internacional, mucho mejor.
“Una descripción en seco y certera, tan efectiva como las ‘carretillas’ con las que el capitán quitaba balones en el mediocampo”



