En otro lenguaje
Por: Jaime Asián Domínguez

Pregunta de cajón: ¿Qué ha hecho Rafael López Aliaga para liderar la intención de voto de cara a las Elecciones Generales 2026? No mucho, ¿verdad? Lima sigue siendo la horrible de siempre (parafraseando a Sebastián Salazar Bondy), con inseguridad ciudadana y caos vehicular por doquier, sideralmente lejana de la capital “potencia mundial” que suelto de huesos prometió el popular ‘Porky’, amén de otros reparos latentes de la metrópoli. Entonces, ¿de dónde pecata mea?
Quizá la explicación a la respuesta que recogió el sondeo de Ipsos Perú esté en que, a ocho meses de que la población acuda a las ánforas y cargue la abusiva cédula de sufragio como una cruz, lo que prima es la exposición mediática y no necesariamente las ideas programáticas. RLA, que además casi juró que no dejaría la municipalidad para tentar la Presidencia, lleva sobre sus hombros un vetusto tren que el Estado se niega a echar a andar por múltiples requerimientos, y eso lo muestra iracundo hasta con la prensa.
En el segundo lugar transita con menos kilos de peso Keiko Fujimori, sobreviviendo con ese voto duro cada vez más reducido, apariciones en redes sociales que solo le interesan a ella, sin opinión vinculante frente a los temas país y magalyzando su narrativa con confesiones superfluas como la intención de volver a enamorarse, la infidelidad del chiflado Mark Vito, etc. De seguro está poniendo velitas -o ajustando la pita- para finalmente tomarse un cóctel en nombre del impredecible Tribunal Constitucional. Ahí estaría china de risa.
Carlos Álvarez, ubicado en el tercer lugar, tiene que hacer algo urgente si es que, como agregado, quiere pararle el macho al ministro Juan José Santiváñez, quien lo conminó a salir del clóset si es que pretende ser un candidato con cierto grado de honestidad: Dejar el discurso de estrado farandulero, de la caricatura, del TikTok, y meterse con zapatos y todo a la exposición de motivos y el TDR que cumpliría de tomar las riendas del descalabrado Perú. Y eso solo rinde frutos corriendo la cancha y ensuciándose los zapatos.
La advertencia del estribo es que algunos candidatos están cavando su propia tumba frente a los ojos del ciudadano de a pie, precisamente, por su descarada inacción ante las urgencias nacionales -como la criminalidad en todas sus modalidades- y la consecuente animadversión de la gente. El voto blanco, nulo o viciado es barumador. Igual, nos toparemos con un aluvión de postulantes al poder que, para obtenerlo, se rigen por la maquiavélica premisa de que el fin justifica los medios. Y así no juega Perú.
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“De seguro (Keiko Fujimori) está poniendo velitas -o ajustando la pita- para finalmente tomarse un cóctel en nombre del impredecible Tribunal Constitucional”.