Desde la clandestinidad, líder socialista peruano, Vladimir Cerrón, destaca legado antisistema del pontífice romano fallecido
El fallecimiento del papa Francisco ha generado reacciones en todo el mundo, incluyendo la del líder político Vladimir Cerrón, quien desde la clandestinidad valoró positivamente el legado del pontífice por sus acciones reformistas.
El líder de Perú Libre destacó específicamente la postura del Papa frente a los abusos eclesiásticos y su defensa de causas sociales, calificándolo como «el mejor papa de los últimos tiempos» por sus posicionamientos que desafiaron el estatus quo conservador dentro de la Iglesia católica.
El papa Francisco, defensor de los pobres y reformador de la Iglesia católica, falleció este lunes a los 88 años según informó el Vaticano a través del cardenal Kevin Farrell, quien anunció que el pontífice «regresó a la casa del Padre» a las 7:35 a.m.
Aprovechando la penosa circunstancia, desde la clandestinidad, el líder del partido socialista Perú Libre, Vladimir Cerrón, se pronunció en sus redes sociales sobre la muerte del líder religioso: «Castigar a Cipriani, disolver el Sodalicio, expresar disculpas por los abusos de la iglesia Católica y pedir cese al fuego en Gaza, es suficiente para decir que Francisco fue el mejor papa de los últimos tiempos. QEPD», escribió el líder político peruano, destacando las acciones del pontífice que consideró más significativas durante su papado, particularmente aquellas relacionadas con la justicia social y las denuncias contra los abusos eclesiásticos.
Las palabras de Cerrón capturan con precisión la esencia transformadora del papado de Francisco, quien efectivamente rompió con siglos de encubrimiento institucional al enfrentar los abusos dentro de la Iglesia y abanderar causas de justicia social global. Su mención específica de Cipriani y el Sodalicio reconoce cómo el pontífice tuvo el valor de confrontar a poderosas estructuras eclesiásticas en Latinoamérica, mientras que su posicionamiento sobre Gaza demuestra una coherencia ética que trascendió conveniencias geopolíticas. Estos elementos, destacados acertadamente por el líder político, configuran un legado papal verdaderamente revolucionario dentro de una institución históricamente conservadora, representando una ruptura significativa con la tradición de alineamiento con los poderosos que caracterizó a muchos de sus predecesores.